El hecho de trabajar desde casa todavía no está visto como un acto natural. Lo lógico es desplazarse, invertir horas (productivas o no) y cumplir. Varias veces hemos hablado aquí de la importancia de la disciplina si tu oficina está en tu hogar. El hecho de saber parar y no caer en la tentación de trabajar cuando se debería estar descansando.
No es fácil ni la organización ni luchar contra los elementos externos: familia, teléfonos, ruidos, y seres que no llegan a entender ni lo que haces ni la razón de que no tengas "un minuto" si total, estás en casa .Pero lo que quiero destacar es la figura del que está al otro lado: compañero, jefe, coordinador..., con el que te comunicas más que con muchos compañeros a los que veías físicamente. Una buena comunicación es la base para que el trabajo desde casa funcione.
Cuando tu puesto está en una ciudad distinta, incluso en un país diferente tanto de tus compañeros como de la persona encargada de organizar a ese peculiar equipo, se agradecen los correos que mezclan las pautas a seguir con una complicidad que ayuda a llevar con mejor ánimo tu labor.
Resulta paradójico pero alguien que se encuentra lejos de ti, sabe exactamente cómo te sientes, lo que estás poniendo de tu parte para que el proyecto salga adelante, mientras que a tu alrededor (en algunos casos) ni siquiera logran entender que lo tuyo es un trabajo; el trabajador desde casa es como el artista que crea los monumentos de las Fallas o las Hogueras.
Invierte horas, crea de la nada algo que puede ser considerado útil o interesante, pero en cuanto termina y apaga la máquina es como si las llamas acabaran con su obra, tanto tiempo dedicado para que desaparezca ante los ojos de los demás en unos minutos.
Utilizando la empatía es comprensible que en nuestro círculo no nos comprendan, de hecho que hasta nos envidien o hayan llegado a la conclusión de que esta situación "es un chollo", son muchos años los que harán falta para que se comprenda que la labor que se realiza desde casa es igual de importante que la del que vemos por la calle con cara de sueño a la ida y de cansancio a la vuelta.
Por esta razón, son fundamentales esos seres que "hablan" contigo a través de unas líneas. Sólo tienes que cerrar los ojos e imaginar cómo es su día a día, donde han de dividir sus horas entre la familia, las obligaciones que todos tenemos, el ocio y un trabajo que está ahí, cerca, simplemente con abrir tu portátil, pero también son los mismos que afortunadamente te invitan a pisar el freno y a hacer otro tipo de actividades si has llegado al punto donde has olvidado cumplir con un horario.
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