Planes globales de reducción de costes

Planes globales de reducción de costes
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Leo en Ninja cómo El Corte Inglés ha puesto en marcha un sistema de bonus para sus empleados que les recompensa con un 10% del precio de cada artículo que eviten que sea robado. Esta medida es una medida que persigue disminuir más el hurto, robo o sustracción de objetos de sus centros comerciales, contando con una plantilla potencial por encima de 100.000 trabajadores-vigilantes.

Este tipo de medidas, son como los colores, habrá trabajadores que les parecerá genial, otros no tanto y para las empresas de seguridad es probable que consideren que es una invasión dentro de sus propias competencias. Yo quiero ir más lejos y me quiero situar en la implicación salarial de los trabajadores con los resultados en la empresa.

Y cuando me refiero resultados, no solo hablo de beneficio hipotético que se pueda generar si no de mejorar y perfeccionar todas las áreas que no afectan directamente a un trabajador pero si forman implícitamente parte de su mejor o peor funcionamiento, bien mediante una actitud directa o una actitud indirecta.

Imaginemos un plan de reducción de costes en oficina por ejemplo en una empresa que tenga una carga global administrativa importante. Valga por ejemplo, una asesoría con 10 trabajadores. El grueso de costes fijos en suministros es importante, tanto en teléfono, consumibles, energía, papel…

Imaginemos que se establece un plan de reducción de costes tal que los propios empleados sean conscientes de que un folio cuesta dinero, usar la luz eléctrica de manera racional, utilizar el teléfono de una manera moderada (doy por hecho que llamadas particulares son las mínimas) o no llevarse o perder los bolígrafos.

Si queremos que ese plan triunfe, basta con repercutir salarialmente a todos los trabajadores un porcentaje del ahorro generado y mantener ese plan todos los años. Si en el primer año se gastaban 10.000 euros en estas áreas y al segundo 6.000; los trabajadores recibirán 2.000 euros de bonus.

Pero al segundo año, imaginemos que sólo se consigue reducir hasta 5.000 euros con lo que el bonus pasa a 500 euros y a partir del tercer año, ya no se puede reducir más. Ese es el punto que ha alcanzado la eficiencia de costes y se ha generado el máximo ahorro, con lo cual, los trabajadores habrán cambiado sustancialmente sus hábitos de consumo de recursos, la empresa reduce costes de forma colaborativa y como contrapartida, se les puede consolidar incluso salarialmente una parte de ese ahorro incurrido a cambio de mantener una rigidez en el consumo.

Podemos pensar que esa labor es propia del gestor de empresa pero existen una serie de costes individuales pequeños cuyo control es mayor que el propio coste y sólo se pueden atajar con planes globales como el planteado. Una anécdota real para comprender este extremo que todos habremos podido ver en alguna ocasión.

El teléfono móvil de empresa es de uso básico para muchos trabajadores. En una empresa-cliente, me encontré un día al gerente punteando la factura en papel de sus 25 líneas y comprobando vía llamada a quién pertenecía los números que no conocía. Finalmente consiguió aflorar 40 euros de uso indebido de teléfono, eso sí a costa de gastar 200, entre teléfono y tiempo.

En Pymes y Autónomos | Cómo no calcular los costes de la empresa
Imagen | Universidad de Navarra

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