El error está en aspirar a ser empleado de tus inversores

El error está en aspirar a ser empleado de tus inversores
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La situación no ha variado mucho en los últimos años, los emprendedores se quejan de que no hay inversores para sus negocio y los inversores dicen que lo que sobra es capital y lo que faltan son buenos proyectos. Por supuesto hay ocasiones en que unos y otros llegan a un punto común, pero en la inmensa mayoría de los casos eso no se produce ¿por qué? Razones hay muchas, pero muchas veces el error del emprendedor es aspirar a ser empleado de sus inversores.

Seria lógico pensar que el emprendedor busca con su iniciativa, además del aspecto económico, cierta independencia a la hora de organizar su trabajo y de tomar las riendas de su actividad profesional. Una de las ventajas de trabajar para uno mismo es tomar tus propias decisiones y no depender de que otros lo hagan por tí. Pero la realidad es bien distinta, la gran mayoría no adoptan esa actitud de lider si no que pretenden ser más empleados que jefes.

Lógicamente el inversor no busca eso en un proyecto. Partiendo de la base de que una de las cosas más determinantes a la hora de que un inversor se arriesge en aportar dinero en un proyecto es el equipo que va a llevarlo adelante, la capacidad de liderazgo de los promotores del mismo es esencial y eso choca con la actitud de muchos emprendedores que buscan más la estabilidad económica (garantizarse un salario) que la ambición empresarial.

Uno de los principales enemigos de los inversores es el break-even. El momento en que el negocio empieza a funcionar y llega al punto de cubrir gastos supone el alivio de los emprendedores, que cubren esa primera etapa que garantizaría la viabilidad económica del proyecto y con ello sus sueldos, pero ello no es suficiente para que el inversor recupere y rentabilice su aportación.

El inversor corre un riesgo con la espectativa de obtener un beneficio notable y para ello es necesario que el negocio crezca rápido y que no se frene en el momento en que se cubre el primer objetivo. Por eso no quiere emprendedores-empleados, quiere gente activa que no se conforme con ese salario y tenga unos objetivos más altos. La ambición de seguir creciendo es la única posibilidad de alinear los intereses de los emprendedores y los inversores.

El emprendedor sigue creyendo que una buena idea y un plan de negocio más o menos defendible son suficientes para convencer a un inversor, por ello la mayoría de ellos fracasan y no logran capital. No se dan cuenta de que, además de todo eso, es necesaria su aportación personal, y no como técnicos o como profesionales, sino como personas con una capacidad y deseo de alcanzar el éxito empresarial.

En Pymes y Autónomos | Los criterios de un inversor

Imagen | Carmen Escobar Carrio

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