Cuando la comunicación falla en nuestro proyecto

Cuando la comunicación falla en nuestro proyecto
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El Diccionario de la Lengua Española define éxito como: 1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc. 2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto. En las tres acepciones encontramos alguna relación con el mundo de la empresa directa o indirectamente. Cuando una idea o proyecto no logra sus objetivos debemos plantearnos que la comunicación ha podido ser el fallo.

De nada sirve contar con unos buenos profesionales, una idea o producto excelente si al tratar de darlos a conocer nuestra estrategia de comunicación falla. Eso lo saben buenos productos ignorados en los lineales de los supermercados. ¿Por qué no les prestamos atención si son de calidad? Tal vez estén a la altura adecuada, a la de nuestros ojos, pero quizás hayamos puesto poco énfasis en el envoltorio: precio, cantidad, ¿lo conoce realmente el usuario? y algunos detalles más.

Si trasladamos este problema a un evento, la comunicación y la difusión que se le haya dado previamente será la clave para que brille con luz propia como si fuera el único en su particular góndola. No hay recetas mágicas. Pero sí una serie de normas que eficazmente utilizadas nos pueden aproximar al éxito, en este caso a que se interesen por nuestro acontecimiento que con tanta ilusión hemos planeado.

Tenemos un evento. En él contamos con profesionales reconocidos en nuestro sector. Queremos dar a conocer mediante esta reunión a nuestra empresa. Mejorar y posicionar nuestra marca. Lo tenemos todo. Un buen lugar, contenido de calidad. El conjunto es perfecto. Pero llega el momento de la verdad. ¿Tenemos bien definido nuestro público? ¿Contamos con una estrategia de comunicación? ¿Hemos elaborado una hoja de ruta y sabemos en qué redes sociales y a quiénes nos vamos a dirigir?

Si vamos a utilizar Twitter para difundir nuestro evento, debemos confiar en personas que además de ser profesionales en nuestro sector, dominen la red y sean conocidas. Debemos crear comunidad. Y eso tiene nombre y apellidos aunque luego se resuma en una arroba y un nombre peculiar. Los ponentes también se han de involucrar y cuanto antes mejor. Obviamente habremos hecho un estudio previo y detectado qué necesita el mercado, qué temas interesan, más allá del renombre de las personas que participarán.

¿Pero de qué van a hablar? Sabemos que lo que suceda en ese evento va a repercutir en nuestra imagen como empresa. Por lo tanto, cuanta más información ofrezcamos a los futuros asistentes mejor. Aprovechemos nuestro blog o página web para que los expertos cuenten mediante artículos qué temas tratarán en sus conferencias. Es una manera de generar confianza. Y con ello crearemos contenido de calidad.

Hay que amoldarse al contexto. Si en estos momentos atravesamos una crisis económica, tal vez pensemos en una parte de la población a la que no le va tan mal. Perfecto. Pero ¿estamos seguros de que es así realmente? No lo olvido, nuestro producto-evento es de calidad, merece que se pague lo que vale, pero ¿merece la pena que le pongamos un precio elevado?

Quizás debamos sacrificar algo. ¿Muchos ponentes? ¿Demasiados días? Antes de exponer todo públicamente tal vez, debamos estudiar cómo lo vamos a ofrecer y sobre todo a quiénes. Nuestro público es más importante que nuestro producto, marca, servicio o en este caso, nuestro evento.

En Pymes y Autónomos|Es importante el feed-back,Una marca y una buena estrategia: éxito en las redes sociales Imagen|KCD-ONGD

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