Cuando hay que pedir ayuda

Cuando hay que pedir ayuda
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Recibimos ayer un correo electrónico de un lector que nos cuenta su experiencia con las Administraciones y sus gabinetes de asesoramiento a emprendedores. Su comentario puede servir de introducción a un tema delicado, ¿a dónde acude un emprendedor cuando necesita ayuda?

Soy un joven emprendedor que he empezado a trabajar en mi propia consultora de medio ambiente, concretamente en Sevilla, y estoy asombrado del trato que me han dado en los distintos estamentos de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía que he visitado. Técnicos que dudan sobre los trámites de constitución de una S.L., personas que te \“dicen qué es lo que tienes que hacer\”, becarios preparados para explicarte cómo funciona una subvención en concreto, pero que no saben nada más acerca de otras ayudas, despachos en viveros de empresa vacíos porque \“sólo se te pueden ofrecer si eres mujer o montas una Sociedad Cooperativa\”, etc.

Os sugiero un artículo que, de forma irónica trate este tema: ¿Cuántas personas hay ayudando a emprender en España que no han emprendido nunca?

Partamos de la base de que informar no es asesorar, cualquier emprendedor puede tener información sobre los trámites administrativos, ayudas, etc., bien a través de las oficinas de las administraciones autonómicas habilitadas para ello, puntos PAIT, Cámaras de Comercio, Asociaciones de Empresarios, etc. Por supuesto, la estructura, organización y la calidad del servicio de cada uno de ellos en particular es independiente de los otros y en algunos casos un emprendedor puede salir satisfecho de la atención recibida y en otros, como es el caso de nuestro lector, no.

Por supuesto, también en Internet se puede obtener una información, a veces, incluso, más completa. Otra cuestión es si lo que se puede obtener por estos medios es lo que, realmente necesita un emprendedor en estos casos. Si hablamos de asesoramiento la cosa cambia, para asesorar hay que involucrarse en el proyecto, hacer un análisis en profundidad, trabajar con el emprendedor en el análisis DAFO del futuro negocio, ayudarle a tomar decisiones, etc.

En estos casos, la mayor parte de estos organismos no puede ofrecer estos servicios porque, por un lado la persona que lo atiende no tiene la formación o la experiencia emprendedora necesaria y, por otra, no hay una infraestructura suficiente para poder hacerlo. La solución evidente en estos casos es requerir los servicios de un asesor profesional, por supuesto eso requiere seleccionar a aquél que creamos que no puede dar lo que buscamos y pagar por ello, pero es la manera de asegurar nos de que vamos a obtener lo que queremos.

No se trata de corporativismo ni de hacerse publicidad, pero las administraciones llegan hasta un punto y no van más allá. Los profesionales son los que pueden dar un servicio más completo y, más que informar, asesorar y hasta “tutelar” ese proceso. Si el proyecto es lo suficientemente serio y el emprendedor tiene claro lo que quiere, debe de abandonar la mentalidad del “todo gratis”, convertirse en un empresario y exigir un buen servicio pagando por el lo que es justo.

Estoy de acuerdo en que debería de haber un mayor apoyo a los emprendedores, que los viveros de empresas son un buen invento pero que hay muy pocos y, en algunos casos, su funcionamiento puede dejar que desear, que si ya de por sí emprender es difícil, lo es más sin ayuda, por eso debemos elegir entre informarnos o asesorarnos, explorar todas las opciones y, en último caso, recurrir a profesionales.

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