Alumno 2.0: un reto para la formación a distancia

Alumno 2.0: un reto para la formación a distancia
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HOY SE HABLA DE

El tema de la formación a distancia está dando mucho juego, varios son los compañeros que han escrito tanto destacando las ventajas como los inconvenientes. Hace unos días comencé a impartir un curso online. Quiero compartir mi experiencia. O mi forma de afrontar este reto, porque lo es. Un alumno 2.0 es el protagonista, la única persona que importa en el curso. Os cuento mis tácticas y quizás puedan servir de ayuda a futuros formadores.

Sobre todo, me interesa la opinión del que está al otro lado, esa persona que ha destinado su dinero y su confianza en un centro, en una universidad, con la esperanza de encontrar una vez comenzado el curso, lo que se le ha envuelto en papel de celofán, adornado con palabras como: nuevo, el mejor, único, garantía de éxito, etcétera.

Te gusta enseñar. Te gusta escuchar

Aunque parezca obvio desgraciadamente todos nos hemos topado con profesores que no se dedican a la docencia por amor, y aunque suene exagerado: tienes que querer y sentir con pasión lo que haces a nivel profesional. Toda esa energía, esfuerzo e interés por la materia, los alumnos lo verán, tanto en el temario como en el trato hacia ellos.

Tú no eres un gurú. No lo sabes todo. Huyo cuando alguien lleva la etiqueta de “experto” porque siempre estamos aprendiendo. O deberíamos. Por lo que, escucha a las personas que han confiado en ti. De acuerdo, hablamos de Internet, de plataformas moodle, de páginas Web, de foros, etcétera. No importa. Tu forma de escribir debe ser idéntica a tu forma de hablar. A mí me gusta llamar a los alumnos por su nombre todo el tiempo, comenzar con el usted y si lo permiten pasar al tuteo.

Leo con atención sus ejercicios, sus comentarios y si noto esfuerzo por su parte, o compruebo que ha investigado sobre lo que se le preguntaba se lo hago saber, le felicito, le animo a que siga en esa línea. Pero sobre todo, le invito a que comparta lo que sabe con el resto de compañeros. Al final, Internet no tiene porqué ser frío, depende de si vas más allá de impartir un curso y de vez en cuando asomarte a ver si han hecho lo que pediste. Error: debemos aportar algo más.

Contenido

El contenido de un curso a distancia no debe limitarse al temario y unos cuantos vídeos (si es que los hay) además hay que establecer una relación cercana a través de otros asuntos que pueden o no, estar relacionados con la temática a estudiar.

Por ejemplo, llega un viernes, si eres capaz de ponerte en el lugar de quien está tras la pantalla, sabrás que quizás tenga que dedicar el fin de semana a estudiar, así que ¿te parece que añadamos un poco de diversión o motivación? En mi caso me gusta compartir música, algún vídeo que motive o invite a esbozar una sonrisa y que recuerde que la profesora se pone en tu piel.

Como formadores debemos facilitar las cosas. El acceso a los apuntes, al material de apoyo, incluso variar el temario añadiendo información reciente que pueda ser de utilidad. Acabo de ser alumna de un curso a distancia, y me he sentido como si estuviera en mitad de un desierto, y el agua (el formador) estuviera a años luz de mí. No he disfrutado nada, quizás sí haya aprendido algunos conceptos pero mi teoría es: todos puede ser eficaz y a la vez divertido. No se trata de andar contando chistes. Pero mirad atrás ¿de qué profesores tenéis mejor recuerdo? De los que ni os miraban a los ojos seguro que no.

Contacto

Por mi preparación (o por mi forma de ser) me gusta hablar en público, escuchar historias e incluso escribirlas. Por eso, si percibo que algún alumno está ausente, comenzó bien las dos primeras semanas pero se muestra menos participativo le escribo, le comento en privado que es una pena que vaya a echar a perder todo el trabajo ahora que queda la recta final, si consigo que me cuente por propia voluntad-suele ser así- qué le ocurre ¡es maravilloso!

Se genera un clima de confianza y de cercanía todavía mayor

Sí, es un curso a través de Internet pero eso no significa que las personas dejen de tener problemas, agobios, o que ocurran sucesos inesperados que les compliquen sus planes de estudio. Y unas veces por timidez, y otras por desgana no son capaces de comentar su problema. Da un paso tú y pregunta con educación y absoluta discreción.

Conclusión

Sé que es difícil llegar a la perfección como docente, que en algo seguro que fallarás, pero somos humanos. Pero a lo que no encuentro excusa es al pasotismo, al desapego por esas personas que han confiado en ti y la institución para la que colaboras.

En mi caso, me puede llegar a alegrar el día un comentario dejado por un alumno que se siente bien, al que le gusta lo que está viendo en esa primera semana, y no ya por educación, que también, sino por gratitud y respeto se le da las gracias y trataremos de que se sienta así durante todo el tiempo que duren las clases. Escuchar, implicarse, interactuar y sobre todo: amar lo que haces es la fórmula ideal para la formación a distancia… o al menos, es la mía.

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Imagen|pedrobea

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