Hoy es el día que Microsoft tiene previsto lanzar Windows 8.1, el nuevo Service Pack de Microsoft, o dicho de otra manera, una de las actualizaciones importantes del sistema que ayudan a mejorar la funcionalidad del mismo de forma notoria.
No vamos a ponernos a detallar todos los cambios que se incluyen en esta actualización. Además ya lo han hecho muy bien nuestros compañeros de Xataka Windows con un fenomenal repaso a todas las novedades que incorpora la nueva actualización. Sin embargo el primer Service Pack siempre ha supuesto un empujón a las ventas de un sistema de Microsoft en las empresas. ¿Será este el caso?
Por un lado la empresa nunca ha sido dada a experimentar. Mejor esperar a que el sistema sea sólido, estable y solucione algunos de sus problemas con el primer Service Pack, es algo que muchas aprendieron a golpe de resolver fallos y problemas por querer ser los primeros en incorporar un sistema nuevo a sus empresas. Windows 8.1 debería ser este punto de inflexión para ver el sistema con otros ojos.
Por otro lado, hasta ahora nunca un sistema operativo de Microsoft había competido contra si mismo, donde Windows 7 está siendo elegido mayoritariamente por las empresas en lugar de Windows 8, al que no ven cómo sacarle partido en su mayoría a su interfaz Modern UI o las aplicaciones en la Windows Store.
Pero también es un sistema que tiene dos valores que en la empresa siempre caen bien, solidez y fluidez. Es un sistema que hereda toda la solidez que tiene Windows 7, con muchas mejoras de seguridad sobre Windows XP y que necesita menos recursos que sistemas anteriores de Microsoft para funcionar rápido.
A partir de aquí nos tocará comprobar si Microsoft echa el resto para intentar que el 30% de cuota de mercado que le queda a Windows XP lo absorba Windows 8.1 o prefiere seguir como hasta ahora. ¿Veremos mejores ofertas enfocadas a empresa para este sistema?
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