Según los últimos resultados de la cuota de mercado de los sistemas operativos que han publicado distintos medios no nos equivocaríamos mucho si evaluamos que Windows XP todavía mantiene alrededor de un 25% de cuota. Pero ¿por qué Windows XP sigue siendo importante en la empresa?
Ya han pasado varios meses desde el fin del soporte y no parece que nada haya cambiado. Incluso hemos tenido el primer incidente de seguridad, que Microsoft incluso ha parcheado fuera del tiempo de soporte, y no ha pasado nada. Parece que muchas empresas han perdido el miedo inicial a los problemas de seguridad.
La migración pierde la urgencia
Lo cierto es que tras pasar varios meses sin que nada grave haya ocurrido en las empresas que siguen utilizando Windows XP. Se sigue trabajando de forma normal, sobre todo si el sistema se utiliza fundamentalmente en un ámbito interno, no para el acceso a Internet, o en todo caso, este se realiza a través de navegadores web más modernos.
Pero también se producirán una disminución del interés de los atacantes por este sistema a medida que vaya perdiendo cuota de mercado. Ya ha ocurrido con otros sistemas que Microsoft ha jubilado, que resultan menos atractivos para los ciberataques al convertirse poco a poco en sistemas marginales.
Todo esto ha hecho que la migración no sea una cuestion prioritaria en muchas empreas. Se puede tener en mente, sobre todo ahora que algunas empiezan a recuperarse, pero no es algo urgente, sino más bien planteable a medio plazo, sobre todo ahora con Windows 9 en el horizonte.
¿Con cuántas herramientas de más de 13 años trabajamos hoy?
Porque lo cierto es que si miramos a nuestro alrededor en la oficina seguramente encontraremos pocas cosas que tengan la edad de Windows XP y sigan funcionando en la empresa. Podemos decir que seguramente ha sido una de las herramientas más rentables de nuestra pyme, pero ¿lo sigue siendo hoy en día?
Muchas veces mantenernos anclados en una forma de trabajar que era la mejor hace trece años, pero que hoy en día no necesariamente lo es. Sin embargo, para muchas organizaciones el cambio iría mucho más allá del sistema operativo y esto implica, tiempo, coste, curva de aprendizaje, etc.
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