La redundancia también tiene letra pequeña

La redundancia también tiene letra pequeña
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Cuando hablamos en la empresa de redundancia, estamos hablando de sistemas o servicios que son tolerantes a los fallos. Por lo general esto se consigue con elementos duplicados que hacen que los costes sean más elevados. Además n apreciamos este tipo de soluciones hasta que tenemos que usarlas, si funcionan. Porque la redundancia también tiene letra pequeña.

Porque puede llegar el momento en que cuando hemos realizado una gran inversión en un sistema de alimentación ininterrumpida, SAI y un generador que aseguren la continuidad de nuestro negocio, una caída de tensión y resulta que todo el sistema que teníamos montado no se ha puesto en marcha, en el peor de los casos, o lo ha hecho de forma incorrecta, o tras recuperar la corriente eléctrica en el exterior no se vuelve a la alimentación por esta fuente de forma automática.

Parece un caso extremo, pero en alguna ocasión me ha ocurrido algo parecido. Lo mismo podemos decir de sistemas que aseguran la continuidad de nuestro negocio, como pueden ser las copias de seguridad. ¿Hemos probado que funcionan? ¿Podemos restaurar documentos de la copia? ¿Hemos probado a restaurar todos los archivos de la copia? No es bueno encontrarse con sorpresas desagradables cuando llega el momento crítico.

En caso de tener contratos de garantía de montaje o mantenimiento de sistemas de este tipo tenemos que leer muy bien la letra pequeña, para que cuando llegue el momento sepamos hasta que punto podemos pedir responsabilidades a la empresa en la que hemos delegado dicho servicio. Al fin y al cabo están prestando un servicio con un fin, que por cualquier motivo no se ha cumplido.

Lo malo de efectuar todas estas pruebas es que llevan tiempo, y esto implica que debemos emplear más dinero en asegurarnos el correcto funcionamiento de los sistemas. Recordemos cual es el fin de todo este montaje, que no es otro que asegurar la continuidad de negocio. Un negocio parado no gana dinero. Después debemos pensar en un plan de contingencias para el caso en que todo salga mal. Reaccionar rápido es fundamental.

De todas formas todo esto se compensa el día que tenemos un percance y seguimos trabajando con normalidad. Por ejemplo que el disco duro del servidor deja de funcionar, nosotros sólo hemos recibido una alerta por correo electrónico advirtiéndonos del problema pero el RAID de discos ya se ha reconstruido gracias a que teníamos un disco Hot Swap, y ganamos tiempo para conseguir uno que sustituya al averiado. Sólo entonces damos este dinero por bien invertido.

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