La delgada línea roja entre las redes sociales personales y el trabajo

La delgada línea roja entre las redes sociales personales y el trabajo
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HOY SE HABLA DE

Ya hemos hablado en alguna ocasión sobre el mal uso de las redes sociales en el puesto de trabajo. O bien, cuando son empleadas como herramientas para difundir una empresa, producto o servicio de una manera incorrecta, o bien cuando incluso no son utilizadas, la importancia que tiene monitorizarlas

Pero el caso que nos ocupa es el del mal uso por parte del trabajador cuando mezcla su vida personal con la profesional en Facebook, Twitter o cualquier otro canal. Estos comportamientos pueden perjudicar tanto a la empresa como al empleado. Existen precedentes, trabajadores despedidos por este comportamiento pero en 2016 seguimos observando este mal hábito.

La delgada línea roja entre lo que significa hoy día privado y lo que no es apenas perceptible por algunas personas que confunden el compartir algún aspecto de su vida persona "sólo con sus amigos" en una red social. Lo privado no debería salir de nuestro entorno y hacer honor a su significado.

Las redes sociales no son precisamente sinónimo de intimidad ni de privacidad.

El lado positivo de esta era donde compartir es el verbo más pronunciado, viene de la mano de nuevos negocios que han llevado al sentido literal la idea de que existe una mayor confianza, en el hecho de compartir (coche, casa, etcétera), como eslogan para ofrecer un producto.

El problema viene cuando la empresa para la que trabajas necesita estar presente en la red, pero de una manera moderada y coherente. Una buena estrategia se puede desmontar si uno de sus trabajadores, considera que mezclar trabajo y vida personal es necesario o interesante para sus seguidores. Nada más lejos de la realidad.

Encontrar a una persona que trabaja para una organización que te resulte atractiva y al abrir su perfil, tropieces con un desfile de fotos con poses más propias de una cantante pop, es cuanto menos chocante e innecesario.

Flaco favor le está haciendo a su empresa y viceversa. Algo tan sencillo como no mostrar en Internet lo que no haríamos por la calle es la máxima que todos los que contamos con una cuenta deberíamos seguir.

Sobre todo, si añadimos a nuestro nombre y apellidos, el lugar donde trabajamos, que no se ajusta al contenido que compartimos. Un despido puede ser el final menos feliz ante estos comportamientos poco profesionales.

En Pymes y Autónomos|Cuidar nuestra carta de presentación en las redes sociales,Otro despido más por un mal uso de las redes sociales

Imagen|Esther Vargas

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