No es la primera vez que veo a algún trabajador de una empresa al que le han facilitado un smartphone de empresa echando pestes del teléfono que le han dado. Si, ya lo se, por lo general los empleados no están conformes con las herramientas que les facilita la empresa, entre ellas lo teléfonos. Pero también se da la coincidencia de que estos usuarios tienen un Android de gama baja.
Las principales quejas que tienen estos usuarios son dos: por un lado un rendimiento de la batería realmente decepcionante, que les hace ir conectados de enchufe en enchufe, reduciendo mucho su movilidad para usar el teléfono. No están pensados más que para un uso ocasional y a poco que usemos el teléfono para revisar correo, mensajería o acceso a Internet, llegar al final del día con batería se convierte en todo un imposible.
La otra cuestión de queja es el rendimiento. Aplicaciones que tardan mucho tiempo en abrirse o una espacio muy limitado para instalar dichas aplicaciones. Y esto acaba por frustrar mucho a los usuarios, sobre todo si van justos de tiempo y el smartphone tiene que ser una herramienta que nos ayuda no que nos limita.
Lo curioso es que muchas de estas quejas las he oído de usuarios que han tenido o tienen BlackBerry en las empresas, que no es que sea hoy en día la plataforma y terminales mejor valorados. Pero es que para esta gama de entrada si que ofrece lo básico que necesitan, conexión a Internet, acceso al correo y mensajería instantánea, que son las aplicaciones básicas para muchas empresas.
La otra alternativa que pueden valorar las empresas es Windows Phone, una plataforma que mima estos teléfonos con pocos recursos de hardware, los de las gama de entrada, para que tengan un buen rendimiento y también para que sus baterías nos proporcionen la máxima autonomía.
El smartphone es una herramienta cada vez más importante. Son muchos los factores a considerar para su elección y no debemos dejarnos llevar ni por modas, ni por popularidad, sino por la utilidad que tendrá para nuestros empleados. No es lo mismo Android de gama baja para el sector de consumo, que para el profesional. Las necesidades no son las mismas.
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