Al mal tiempo, mejor respuesta

Al mal tiempo, mejor respuesta
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A todos nos ha pasado y nos pasará. Tener que afrontar un mal día. Una reunión inesperada o una rifirrafe que no nos ha dejado buen sabor de boca. ¿Esto se puede prevenir? No. Igual la extrema sumisión puede hacer aceptar estas situaciones pero a la larga nos pasará factura. Al mal tiempo, mejor respuesta.

Hay fórmulas y millares de cursos para afrontar situaciones inesperadas con clientes o compañeros. Personal mente: este tipo de situaciones me afectan mucho pero soy incapaz de faltarme el respeto si creo en mis actos. Hoy me gustaría compartir algunas acciones a llevar a cabo por parte de la empresa; ya que en estrategias la empresa debe funcionar como un compañero más.

Aptitudes y actitudes. Son distintas

No hacer nada: adoptar una actitud inmovilista, sin operar ningún cambio radical, y esperar a que “pase la tormenta”. El problema de esta actitud es que muchas de las turbulencias (económicas, tecnológicas, de competencia) transforman nuestro entorno, y nunca se llega a volver a una situación similar a la que imperaba antes de la turbulencia, con lo que las empresas que adoptan esta actitud suelen acabar perdiendo cuota de mercado (o, en el peor de los casos, siendo arrojadas fuera del mercado) por aquellas otras que sepan adaptarse rápidamente a la nueva situación.

Huir hacia delante, pero sin una estrategia bien meditada y fundamentada: algunas empresas intentan desesperadamente acceder a nuevos mercados, o incluso dedicarse a negocios nuevos sin relación alguna con su trayectoria anterior, cuando una turbulencia socava su ventaja competitiva o reduce peligrosamente su mercado. Obviamente, si es difícil sobrevivir en un entorno que se conoce bien, lo suele ser más en otro nuevo donde no tenemos ninguna experiencia, con lo que esta estrategia no suele contar con una alta tasa de éxito.

Correr en busca de refugio, reduciendo costes e inversiones de forma indiscriminada. Esta es probablemente la opción más utilizada por las empresas en periodos de turbulencia. Vamos a analizar algunas de las medidas más usuales que debemos evitar “parches” para conservar el cash flow (despidos generalizados, tijeretazos en actividades de monitorización y asesoría, cortes bruscos de toda la inversión en I+D), que ponen en riesgo el potencial de crecimiento futuro de la empresa.

Qué podemos hacer ante esto

Un primer buen consejo es que seamos capaces de detectar la turbulencia en cuanto aparezcan sus primeros síntomas, incluso que podamos prever su aparición antes de que ésta se produzca. Obviamente, hay fuentes de turbulencia que son absolutamente imprevisibles, pero debemos tomar conciencia de que en casi todas las turbulencias surgen nuevas oportunidades de mercado para quienes estén en condiciones de detectarlas y adaptarse a las nuevas reglas de juego, y en estos casos el primero que cubre los nuevos nichos de mercado tiene todas las de ganar.

Un segundo consejo para afrontar eficientemente una turbulencia en el mercado es que, llegada ésta, reduzcamos el horizonte que adoptamos para nuestras decisiones estratégicas, y que hagamos revisiones más frecuentes de las mismas: en un entorno cambiante, hay que moverse más rápidamente. Nuevamente, esto va a suponer un esfuerzo de tiempo y recursos suplementario, que deberemos detraer de nuestra actividad del día a día, pero que puede pagar con creces su valor si nos ayuda a adaptarnos con mayor rapidez que nuestra competencia.

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