Una empresa noruega identifica a sus empleadas con la regla mediante una pulsera roja

Una empresa noruega identifica a sus empleadas con la regla mediante una pulsera roja
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Un sindicato noruego ha denunciado ante el defensor del pueblo de dicho país una curiosa situación que, afirman, acontece en el 66% de las empresas de la nación. Según comentan estas sociedades controlan la asiduidad con la que sus empleados van al servicio mediante el uso de una tarjeta electrónica siendo un caso representativo el de una empresa que identifica a las mujeres con el periodo mediante una pulsera roja.

Las controvertidas medidas que supuestamente buscan controlar la "productividad" de las personas no dejan de estar alejadas realmente de dicho concepto y además atentan contra la privacidad y la dignidad del personal.

Tener que firmar un libro de registros para ir al servicio a realizar una actividad tan natural como el respirar o sentirnos controlados con cámaras en las puertas del baño es alarmante pero identificar a las mujeres con la regla es simplemente intolerable.

Esta "señalización" es realmente un permiso para justificar una mayor ausencia para ir al servicio. Es como un pase mediante el cual se es más permisivo con la mujer aunque al ser un método tan visual se convierte en una medida insultante y humillante que muestra a todos un momento personal que nadie tendría por qué conocer.

Lo curioso es que esta empresa se haya planteado esa medida antes que pensar que el control excesivo para ir al servicio no hace ningún bien a la productividad. ¿Acaso una persona que controla sus necesidades fisiológicas rinde más que una persona que ha satisfecho dichas funciones biológicas?

Partiendo de la base de que el tiempo que se pasa en el baño no produce para la empresa (aquí creo que todos estamos de acuerdo) pensar que la persona que pasa más tiempo en su puesto de trabajo rinde más que una persona que va al baño dos veces en una mañana, es una afirmación gratuita. Siempre llegamos a lo mismo: el presentismo.

Parece que simplemente por estar en el puesto una persona es productiva pero en estos tiempos no parecemos darnos cuenta de la importancia de que esa persona esté cómoda, disfrute de un medio propicio para el rendimiento, tenga herramientas eficientes, gestione los tiempos, sea indepentiente, cuente con un buen sistema de comunicación, disfrute de confianza y dignidad, etc...

De forma general no debería controlarse el uso del baño a no ser que se detecten movimientos sospechosos de ciertas personas. Además, la productividad en una oficina no se mide del mismo modo que la productividad en una fábrica, en la que estas ausencias están previstas.

Sentarse en un WC puede ser tan productivo como hacerlo en un despacho si en este no se hace nada, así de sencillo. Controlar las veces que se va al baño convierte un momento natural en un conflicto. El tema de las pulseras rojas no solo pone de manifiesto el problema sino que lo magnifica atacando directamente a la intimidad de las mujeres.

De forma indirecta se está diciendo que las mujeres con el periodo son menos productivas porque van más al baño, eso si, lo entienden como justificación suficiente para que esto sea de esta manera. ¿Se criminaliza nuestra naturaleza humana? ¿Alguna vez has vivido una situación similar a las aquí comentadas?

Vía | Daily Mail, 20 minutos Pymes y Autónomos | ¡Soy humano!, La pausa para el bocadillo no es tiempo efectivo de trabajo, ¿Puedes vigilar a tus empleados con cámaras?, Lo absurdo del control de entrada y salida Imagen | Perfecto Insecto

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