Rafa Nadal o por qué es mejor disfrutar del camino en un proyecto

Rafa Nadal o por qué es mejor disfrutar del camino en un proyecto
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Mirar siempre al destino. Pensar, casi desde la obsesión, la mejor manera de llegar hasta él. Es una de las actitudes que más se puede repetir en la puesta en marcha de un proyecto empresarial o profesional. Sin embargo, en muchas ocasiones es más interesante poner el foco también en el hoy y disfrutar también del camino.

A comienzos de este mes de noviembre, el tenista español Rafa Nadal se enfrentaba a un torneo en Londres en el que podía perder su lugar como número uno del campeonato mundial. Y llegó la pregunta esperada: ¿Teme perder ese puesto, recuperado tras muchos meses de lucha para superar su lesión?

La respuesta del manacorense da la clave de lo que debe ser la filosofía al afrontar un proyecto: "No cambiaría nada de este año por ser el número uno. Si ocurre de nuevo, genial, pero la historia de este año es que fui capaz de volver, ganar y ser competitivo en poco tiempo".

En la teoría, muchos hubieran respondido que su objetivo era ese: mantener el número uno y acabar el año en lo más alto. Ese debería ser el fin último, el destino. Sin embargo, el camino para llegar allí, quizás mereció más la pena. La superación, las lecciones, los pequeños triunfos...

Trasladándolo a un proyecto empresarial, puede ocurre algo similar. Por supuesto que el destino marcado por cada uno está ahí y los esfuerzos deben ir enfocados a alcanzarlo. De eso no hay duda. Pero eso no debería impedir que se disfrute del camino, de lo que se consigue día a día. Porque siempre habrá objetivos que marcarse y destinos, cada vez, más ambiciosos. Y si uno se olvida de vivir el trayecto hasta ellos, se perderá partes fundamentales de la experiencia.

En Pymes y Autónomos | Cinco lecciones para empresarios del tenista Rafa Nadal Imagen | javiersanp

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