Estoy seguro de que la inmensa mayoría de los emprendedores y pequeños empresarios que lean este blog habrán compartido en algún momento de su trayectoria una situación similar. Al contarle a alguien sus planes para poner en marcha una empresa, o para hacerse cargo de ella, ese "alguien" le pone una mueca de extrañeza, cuando no de desaprobación. Por no hablar del lugar común del "empresario explotador", de la contraposición del empresario frente a la "gente normal" (eso que se llamaba la "clase trabajadora")
Y es que el empresario es una figura de escaso reconocimiento social en España, alejado desde luego del culto al "self-made man" existente en otras latitudes. ¿Por qué? En El Blog Salmón inician un interesante debate planteando dos posibles raices culturales, tanto relacionadas con la tradición cultural católica como con la predominancia de ciertos sentimientos de inspiración izquierdistas. Sea por unos motivos o por otros, lo cierto es que la figura del empresario no goza de grandes simpatías en el sentir popular.
Y es que se ha machacado de forma total la imagen del empresario, se ha vilipendiado la vocación emprendedora, se ha inculcado los niños que la asunción de riesgos es mala, que el futuro esta en la Oposiciones públicas
¿Compartís esta visión respecto a la situación de los empresarios en España? ¿O es más bien un cliché que no responde a nuestra realidad actual?
Foto | aniramyx