No existe la profesión de freelance, existe la modalidad de prestación de servicios freelance

No existe la profesión de freelance, existe la modalidad de prestación de servicios freelance
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Últimamente está en boca de todos el auge de la modalidad de los trabajadores freelance, del teletrabajo y demás. Aquí, más allá de celebrar de que en nuestro país por fin se este acelerando en la penetración de esta forma de trabajar (aunque aún es de tan sólo un 10%, muy lejos del 25% que se da en los USA), quiero denunciar que mucha gente se piense que el teletrabajo o el trabajo freelance sea un trabajo en sí mismo, cuando es en todo caso una modalidad de trabajar.

Y es que no entiendo, y no puedo reírme más cuando leo cosas por el estilo como las de “busco cualquier tipo de teletrabajo”, “realizo todo tipo de trabajos freelance”, yo ante estos disparates me pregunto: ¿qué tipos de teletrabajo o de trabajo freelance realiza usted buen señor o señora?, ¿pinta, escribe, asesora (¿y de qué asesora?)?, ¿hace el pino como espectáculo o qué diantre de actividad realiza usted para saber si puedo contratarlo o no y si me interesan sus servicios?

El error a lo anteriormente expuesto parte de la creencia errónea por parte de muchas personas de creer que el trabajo freelance es un trabajo en sí mismo, cuando como he comentado, y como es obvio, es en todo caso una modalidad de trabajo, una forma de trabajar o de prestar el servicio, nada más. Pero el servicio, la profesión hemos de ponerla nosotros, hemos de saber que somos, que hacemos y entonces saber si eso podemos ofrecerlo bajo la modalidad de teletrabajo o no.

Es más, incluso dentro del teletrabajo, del trabajo freelance podríamos hablar de dos modalidades distintas. Por una parte nos encontraremos con aquellos profesionales en nómina de tercero que prestan sus servicios a la empresa como siempre, es decir, siendo empleados de la misma, con la única diferencia de que ahora no aposentan su cuerpo en la oficina de la empresa, sino en la silla de su propia casa o en la butaca de su cafetería de turno.

Y por otra parte, nos encontraremos a aquellos trabajadores freelance, mejor dicho a aquel profesional escritor, diseñador, abogado o lo que sea, que desarrolla su actividad bajo la modalidad de freelance. Vamos, en el fondo, estamos hablando del autónomo de toda la vida, lo único que ahora con un portátil, un smartphone y algún gadget más que le permite no estar atado a su propia oficina, ni sostener comúnmente una alta infraestructura. Pero esto último, una vez más, dependerá de quien sea profesionalmente este señor o señora, no de que sea freelance o no.

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Imagen | red.es

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