No debes espiar a tus clientas con cámara oculta

No debes espiar a tus clientas con cámara oculta
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Hay algunas personas que tienen ciertas enfermedades mentales extrañas o desviaciones en el comportamiento que van más allá de los límites aceptables por cualquier sociedad. En un pub de una localidad jiennense, el dueño del establecimiento tenía colocada una cámara oculta en un interruptor dentro de los aseos de señoras y se dedicaba a recopilar grabaciones de sus clientas en los aseos.

Obviamente, cuando se ha descubierto el pastel, este hombre está detenido, a disposición judicial y a la espera de juicio con imputaciones por vulneración a la intimidad y otra larga lista. Estas actitudes no son comprensibles desde luego porque no son muy normales que digamos, pero las perversiones y vicios personales deben separarse de nuestro círculo empresarial y luchar contra ellas para erradicarlas de nuestra vida. Si una persona tiene un problema, como puede ser el caso del sujeto que describimos, dado que no tiene un puntito voyeur, abusa del voyeurismo al máximo exponente, esa persona debe pedir ayuda antes que comprometer totalmente su futuro. Existen infinidad de problemas o enfermedades personales que dilapidan un futuro personal y empresarial como es el caso descrito.

Este hombre gozaba de una buena reputación como hostelero, tenía un negocio que funcionaba, ganaba dinero con él y tenía a la clientela contenta. Hubiera bastado con algunas consultas en un psiquiatra o psicólogo para solucionar su problema y no dinamitar su futuro por los aires. Ahora ya es tarde. Este tipo de reflexión es válida para cualquier tipo de problema importante que tengamos en nuestra vida, porque en el fondo nuestros negocios y empresas son reflejo fehaciente de nuestra situación personal.

Tomen nota aquellas personas que tengan adicciones también, al juego, drogas o vicios ocultos e inconfesables que destruyen dinero, reputación e integridad personal.

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