La madurez profesional debería de ser la mejor edad para emprender

No hace falta realizar un sesudo análisis sobre nuestro maltrecho mercado laboral para darnos cuenta de que los más grupos de población más afectados por el fenómeno del desempleo son los más jóvenes y los profesionales más maduros, siendo muy delicado en este último por un principio de perspectivas, porque a medida que estos profesionales cumplen años y permanecen en la 'sombra' del desempleo, más complicado parece salir de esta situación, y así lo avalan algunos estudios como el de la consultora Randstad, que afirma que tan solo el 42% de los que superan los 45 años de edad cuentan con esperanzas de retornar al mercado laboral, confirmando también una crisis de expectativas.

Este resultado no me resulta muy lógico, por distintas razonas, destacando las siguientes:

1.

Los profesionales más veteranos cuentan con un capital humano y un expertise acumulados del que no disponen los más jóvenes

2.

Gracias a sus largos años de vida profesional son los que más situaciones diversas han encarado, siendo a priori los mejor posicionados para tomar los mandos de un departamento o una gerencia determinada en momentos tan convulsos como el actual

3.

Por su situación socioeconómica (en términos generales), suelen contar con una economía mucho más saneada que la de los profesionales que inician su andadura profesional, por lo que podrían aportar una parte importante de los recursos necesarios a la hora de crear un negocio

4.

Al contar con más años, también han errado más, lo que les ha de llevar a precisar acciones más concretas y eficientes, lo que les ha de llevar a minimizar su margen para cometer errores

En la práctica, estarán conmigo que esta 'regla perfecta' no se da, debido, entre otros factores, a que estos profesionales son los más pesados en términos de costes laborales para las empresas, y cuando la presión por recortar gastos aprieta, son los primeros que se señalan. Pero a pesar de ello, insisto en que esta es la mejor edad para emprender, porque a pesar de que el mercado laboral se estrecha en este estrato poblacional, se deben abrir otras vías que les permitan seguir desarrollando su legítima carrera profesional.

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