La depresión española

La depresión española
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Si en algo nos afecta la crisis, más allá del bolsillo, es en nuestra psique. Debemos tener en cuenta que esta situación está prolongándose de forma interminable y que estamos siendo bombardeados por información negativa en dosis diarias. Se nos dice que todo va a mejorar para luego encontrarnos con datos cada vez más negativos. La situación se ha prolongado por años y tenemos que empezar a pensar en las repercusiones psicológicas en la población.

La juventud está creciendo en un país sin oportunidades laborales donde emprender se ve como un riesgo aunque pueda ser un momento interesante para proponérselo. Los parados de larga duración pierden día a día parte de su autoestima y los trabajadores esperan no perder sus puestos de trabajo ante las dificultades del mercado laboral.

Muchos empresarios, por su lado, observan temerosos cómo la situación no mejora y piensan en el momento en el que deberán cerrar sus negocios... La situación nos afecta a todos en mayor o menor medida, no lo dudemos.... jubilados, inversores, amas de casa, estudiantes...

Como país estamos perdiendo la esperanza en nuestra propia capacidad y la confianza en los datos presumiblemente optimistas que se puedan dar y esto nos puede llevar a perder el contacto con la realidad de nuestra vida personal. La escasa movilidad social que presentamos siendo un país con casi 5 millones de parados es difícilmente explicable si no se intenta desde un punto de vista psicológico: nuestra sociedad está deprimida.

Hablo una "depresión social", que se suma a la económica, en la que los individuos de la misma han aprendido a asumir una situación negativa que a algunos les ha llevado a trastornos de ansiedad y otros problemas psicológicos en muchos casos relacionados con la autoestima.

Ese índice del 21% de desempleo oculta una gran cantidad de dramas personales que arrastra el ego de quienes lo sufren y su entorno. Muchas personas pueden verse identificadas con los siguientes síntomas:

  • Pérdida de energía
  • Sentimiento de inferioridad
  • Falta de interés por muchas actividades sociales
  • Sensación de vacío

Si extendemos estas características a la sociedad española podríamos obtener un panorama similar al que vivimos. Tenemos que tratar de asumir la realidad sin dejar que esta nos arrolle.

Fijémonos en nuestro entorno más cercano y respondamos ante ello. Evitemos dejarnos llevar por los datos negativos que se dan en los medios de comunicación que puedan no corresponder con nuestra realidad.

¿Dirías que España, como sociedad, está deprimida? ¿Esto afecta a nuestra capacidad de recuperación económica? ¿Marcará el carácter de los trabajadores y empresarios del futuro próximo?

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