Hace unos días nos asalto el terremoto, tsunami y posterior problema nuclear en Japón y se ha hablado mucho de cómo se debe de transmitir la información a la población. Hace unos días también, unos hackers entraron dentro de las memorias de los teléfonos móviles de unas actrices famosas y les robaron fotos desnudas que posteriormente publicaron en una revista, ¿dónde queda lo público y lo privado?
Obviamente lo dicho anteriormente son dos casos completamente distintos (y a todas luces de distinto calibre y gravedad). En el primero nos encontramos ante el debate de como comunicar a la población una determinada información, y en el segundo caso nos encontramos ante el caso de personajes públicos que ven publicada ilícitamente documentación privada. Pero todo ello nos plantea una doble pregunta trasladada al entorno empresarial, ¿Todo lo que sucede en una empresa debe comunicarse?, ¿y todo lo privado de una empresa debe de poder ser mostrado públicamente?
Ante la primera pregunta mi posición es que toda empresa privada es libre de comunicar o no los datos que le venga en gana, siempre y cuando estos sean simples datos internos de la empresa. Otra cosa es cuando estos datos o información afecta a terceros o al conjunto de la población, entonces si que obviamente la información tiene que hacerse pública. Aunque estoy de acuerdo en que en ocasiones es necesario modularla y dosificarla, no para engañar dolosamente, sino para no desvirtuarla o que no cunda el pánico.
Y en respuesta a la segunda pregunta obviamente defiendo plenamente la propiedad privada y el derecho a la información y los datos privados y confidenciales. Así, considero que toda información que debe o se quiere mantener en secreto y que es revelada públicamente debe de ser perseguido por la ley. Aunque por contra, también creo que en la sociedad actual creo que se debe repensar el concepto de información privada, pues la sociedad tiende hacia una apertura total, pero ese es otro tema.
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