La conciliación no existe si se trata de cuidar de tus padres

La conciliación no existe si se trata de cuidar de tus padres
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Cuando una persona cae enferma, lo ético, lo moral y lo que la sociedad ve con buenos ojos es que sus hijos se ocupen de ella. Sobre todo si es mayor y necesita ayuda. Porque no todos los hijos se pueden permitir pagar a una persona que acompañe a su padre o a su madre, mientras ellos trabajan.

Se habla mucho de la conciliación cuando se tiene un hijo. De la baja por maternidad y por paternidad y la empresa. Pero cuando ese tipo de opciones no encajan con tu situación porque eres autónomo o freelance, lo cierto es que tu vida puede dar un giro de la noche a la mañana.

Decir adiós a tu carrera profesional por ser cuidador

Las estadísticas no mienten, son siempre las mujeres de más de 45 años las que se encargan del cuidado de sus padres si éstos caen enfermos. Y no hablamos de una enfermedad puntual, sino de algo crónico.

Se puede jugar a hacer malabares y llevar el portátil al hospital, trabajar desde casa, siempre y cuando sea posible, o pedir todos los permisos que se puedan. Pero llega un momento en el que compaginarlo todo, lleva al cuidador a un desgaste emocional y a una situación precaria a nivel económico.

Talento desperdiciado por las empresas por la falta de conciliación

Siendo francos, ¿merece la pena tener a un empleado diez horas en la empresa si sólo rinde cinco? Porque ese es el quid de la cuestión. Un cuidador puede dar lo mejor de sí mismo en un trabajo por diversas razones:

1.Le hará sentir vivo y útil. Y ya se sabe que además de una buena preparación académica no hay nada como una persona motivada y con ganas de cumplir con sus obligaciones, casi por placer, por el placer de salir de su rutina, en este caso.

2.Ir a trabajar será una válvula de escape. Relacionarse con otras personas, hablar de otros temas que no giren alrededor de la enfermedad, será beneficioso también para la persona a la que se cuida puesto que el cuidador estará lleno de energía positiva.

3.La ilusión de volver al mercado laboral se traducirá en más compromiso con la empresa. Cuando alguien querido fallece, lo primero que escogen los seres humanos es mantener la mente ocupada y eso se logra con el trabajo, haciendo algo productivo que en este caso repercutirá para bien a la empresa. El cuidador, en su caso, anhela un compromiso diario con unas tareas diferentes a las que lleva a cabo en casa.

4.La experiencia es un grado y una persona que ha sido o es cuidadora, tiene cualidades como: la paciencia, la escucha activa y fortaleza mental. No hace falta añadir más. Un cuidador es una persona, que por norma general se adapta de la noche a la mañana a una situación nueva, donde debe ejercer de psicólogo, enfermero, motivador y diferentes profesiones para las que no se ha preparado.

Se ha acostumbrado a vivir momentos cargados de estrés por lo que un pequeño problema en la empresa no va a generarle un ataque de ansiedad

Urge impulsar políticas flexibles de conciliación. De hecho, ahora que se avecinan promesas y discursos de mano de políticos, sería positivo que vieran que todos nos haremos mayores y que si una mayoría deja sus trabajos por hacerse cargo de ellos, ¿quién quedará en la empresa?

Imagen|Pixabay

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