Los project finance han emergido en los últimos años con mucha fuerza ante la imperiosa necesidad de contener el déficit público por parte de los Estados, lo que ha dado entrada a las empresas para cubrir parte de las necesidades de acometer inversiones en infraestructuras mediante un sistema de concesiones públicas y una gestión de carácter privado.
Hasta hace poco tiempo se refería casi en exclusividad a la construcción de nuevas vías de comunicación, pero desde hace unos años se está abriendo a la construcción de hospitales, colegios, y otro tipo de equipamientos urbanos, en los que las empresas pueden tener una mayor presencia al presentar un mayor grado de autonomía en la supervisión y desarrollo de ciertos proyectos.
Como contrapartida, tradicionalmente ha sido un 'modus operandi' reservado casi en exclusiva a los grandes consorcios empresariales, lo que vetaba la entrada a las empresas más pequeñas, que sin lugar a dudas tienen mucho que decir no solo en los grandes proyectos, sino que también en otros más pequeños. Ya que si se mantiene la tendencia, pronto no sería extraño apreciar que la vía de los project finance se ligase a inversiones como la rehabilitación de un edificio público, la creación y/o gestión de un parque, de una biblioteca, una escuela de formación, etcétera, toda una oportunidad para los miles de negocios que tenemos en nuestro país.
Sin entrar en la variable política de este tipo de proyectos, ya que muchos de ellos se asignan por afinidad a ciertos partidos políticos, deberíamos demandar una mayor transparencia, sobre todo, en aquéllas jurisdicciones administrativas con un ámbito territorial más pequeño. Porque para incrementar las inversiones en equipamientos no es una condición necesaria que las cuentas públicas lo permitan, sino que si se trata de proyectos transparentes y rentables, se debería dar una oportunidad a estas empresas para cubrir esta demanda.
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