A estas alturas de la película, venir a contaros que hay tres factores claves a la hora de montar un comercio no me parece ninguna novedad. Pero como desde pequeñito me han enseñado que hay que ser insistente, permitidme que os los recuerde. Los tres factores claves son ubicación, ubicación y ubicación. Si. es una exageración , si hay más cosas a tener en cuenta, pero si la localización es mala, poco tiene que hacer un comercio tradicional.
Tampoco os resultará algo sorprendente el concepto de outlet. Ya hemos tocado este formato en alguna ocasión en Pymes y autónomos. En definitiva, puntos o canales de venta a través de los que se dan salida a productos de temporadas anteriores a precios muy rebajados, generalmente de marcas relevantes, y con los que se pretende hacer caja ya o ya. Vamos, establecimientos que viven unas permanentes rebajas, más allá de las típicas de temporada, y donde, curiosamente, la ubicación ocupa un factor secundario. O al menos lo ocupaba hasta que llego el outlet rotatorio.
Los outlets, al menos inicialmente, se caracterizaban por estar alojados en suelo barato, zonas industriales, o incluso en centros comerciales específicos para ellos, en las afueras. Por un lado, eso permitía ajustar aún mas los costes. Por otro, se entendía que el poder de la marca (solían ser establecimientos de fabricante o de grandes cadenas) unido al precio rompedor serían suficientes catalizadores para atraer público interesado, reservando el centro de las ciudades, los meollos, para seguir manteniendo el precio elevado en las colecciones actuales.
El caso es que, fruto de la evolución del concepto de outlet, surge una alternativa, el outlet rotatorio. Frente al modelo tradicional, este se halla más enfocado al comercio tradicional, a la pyme. Y este tipo de empresa, que no puede generar el suficiente stock para tener un punto de venta outlet permanente, ni generar un tráfico de clientela al extrarradio del volumen adecuado, encuentra en este concepto salida puntual a sus excesos de stocks. Se trata de habilitar un local céntrico, de lujo, para ponerlo a disposición, sucesivamente, de un modo temporal, de distintos comercios que quieran liquidar, al modo outlet, sus stocks.
En definitiva, y por poner el ejemplo bilbaino, se aprovecha la bajada del mercado inmobiliario para encontrar un local de primera fila por parte de una asociación de comerciantes, que se encargara de ponerlo a disposición de aquellos de sus afiliados que quieran disponer de un local temporal a modo de outlet exclusivo, y espléndidamente situado, y lo suficientemente separado de sus establecimientos tradicionales para no contaminar las políticas de precios.
Vía | El Correo En Ahorro Diario | Descubrimos el primer outlet de España: DreiVip iMagen | Carolyn Coles