Marcas, el ‘ombliguismo’ se paga caro

Marcas, el ‘ombliguismo’ se paga caro
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Cuando el ‘yo’ está siempre antes que el ‘tú’. Cuando las relaciones se sustituyen por los monólogos. Cuando escuchar siempre pierde el sitio frente a hablar. Cuando las atalayas desde las que comunicar siguen construidas y en pleno uso. Son algunos de los síntomas de que una empresa, una marca no ha comprendido que todo ha cambiado. Que el epicentro ya no está dentro, sino que debería estar fuera.

En demasiadas ocasiones, falta empatía, ponerse al otro lado de esa newsletter, de ese tuit o de artículo en el blog corporativo. Empatía para saber que cuando uno inicia una relación con una marca, lo que menos espera es que sólo hable de sí misma, que aproveche cualquier resquicio, por pequeño que sea, para vender a toda costa y de forma burda.

En vez de tratar de ‘vender’ como siempre, ¿por qué no ser útil a quien está al otro lado para construir algo más que una relación puramente transaccional (yo te ofrezco un producto y tú me pagas por ello), para hacerse necesario y después, sólo después, convertir todo eso en negocio? ¿Por qué obsesionarse con transformar un usuario en un cliente en la primera ocasión?

Por supuesto, esta es la estrategia difícil. No se caracteriza, precisamente, por ganancias a corto plazo, ni por resultados fulgurantes. Seguramente requerirá un gran esfuerzo y, sobre todo, un cambio de filosofía que, en muchas ocasiones, no será fácil de instaurar en el seno de la compañía. Tiene que ver con la transparencia, con la generosidad bien entendida, con la segunda persona del singular y no la primera. Tiene que ver con dar, para luego recibir.

Atrae la atención de tu cliente potencial, una tarea que, cada vez, se convierte en más compleja (los efectos de la infoxicación). Crea una relación fructífera, donde no sólo se ofrezca desde el otro lado, donde el epicentro esté siempre dentro. Y sólo en ese momento, haz que eso desemboque en un negocio.

Seguir con un ‘ombliguismo’ enfermizo se paga muy caro. Los clientes potenciales pueden saber quien eres y qué vendes a golpe de clic. Por eso, lo importante no es recordárselo, sino hacerle ver, con hechos y no con palabras, por qué puedes ser útil para ellos.

En Pymes y Autónomos | Oír y escuchar: esa gran diferencia para las marcas en las redes sociales, Cuando el marketing da la espalda a los clientes Imagen | epSos.de

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