El hilo musical en las empresas y comercios tiende a ser algo neutro y suave, que sea agradable para la gran mayoría de clientes, pero no siempre es así. Otras veces la apuesta es por un tipo de música determinada a un volumen considerable buscando atraer a un cliente concreto que se identifique con dichos gustos.
Aquí tenemos que considerar dos cuestiones, por un lado el rechazo que puede generar para otros clientes a los que no les agrada el estilo musical. Antes de llegar ni siquiera a entrar en el local se escucha la música si está a un buen volumen, lo que supone que ni siquiera se llega a pisar el mismo.
Esto supone que el comercio o la empresa busca un target de clientes muy concreto. Se realiza una apuesta por una estética determinada que se identifica también con esta música. Lógicamente no es lo mismo el efecto que va a tener el hilo musical en un bar de copas, en una zapatería, una cafetería o una tienda de ropa.
También puede servir para llamar la atención de los clientes si el comercio o la empresa está situada en una calle comercial muy transitada o en un centro comercial, donde la música alta puede servir de reclamo para este tipo de clientes a los que se ha orientado nuestro negocio.
Por último tenemos que considerar el impacto que tiene para la salud laboral de los trabajadores. O tenemos a todos los empleados alineados con este tipo de música o trabajar en estas condiciones se puede convertir en una auténtica tortura y un problema para mantener la concentración y provocar problemas de irritabilidad o la tendencia a hablar a gritos con los clientes por el elevado volumen.
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