En todas las organizaciones siempre hay gerentes inteligentes y bien intencionados que inadvertidamente ralentizan la empresa con demasiadas preguntas, demasiado análisis y demasiado proceso.
Para acelerar a estas personas, conviene proceder a celebrar reuniones periódicas, lo habitual es el lunes por la mañana para deliberar y resolver los conflictos que están impidiendo la ejecución.
Consiste en reunirse, hablar y permanecer en la sala todos reunidos hasta que los problemas se hayan resuelto.
Esto enviará una señal clara de que cualquier conflicto que impida la capacidad de la organización para actuar, especialmente a nivel operativo, se mantendrá por un máximo de cuatro días hábiles.
El compromiso de tomar decisiones rápidas y firmes aumenta el metabolismo de la organización y muestra a todo el mundo que el sesgo del liderazgo es actuar y ejecutar en nombre de los clientes.
El objetivo es que toda la organziación tenga interiorizado que el análisis y la deliberación interminables no son aceptables.
Imagen | cdu445 En Pymes y Autónomos | Reglas básicas para tener reuniones de éxito