El desplazamiento al trabajo, ¿cómo influye en nuestra precepción de la calidad del empleo?

El desplazamiento al trabajo, ¿cómo influye en nuestra precepción de la calidad del empleo?
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A la hora de considerar un puesto de trabajo son muchos los factores que los empleados tienen en cuenta. El salario, las perspectivas profesionales o las facilidades para conciliar la vida personal y laboral. En este campo un factor importante es la distancia que tenemos desde nuestra casa hasta el puesto de trabajo. Es algo que hacemos cada día, el desplazamiento al trabajo y acaba por influir en la percepción de calidad de nuestro empleo.

No se trata sólo de la distancia, sino también del tiempo que tardamos, si podemos ir en transporte público, facilidad de aparcamiento o si vamos a sufrir atascos a la entrada o a la salida. Todo ello hace que nuestras horas dedicadas al trabajo se puedan extender mucho más de lo que nos gustaría. Un trabajo cerca de casa y con diferentes medios de transporte es algo que tenemos que valorar en un puesto de trabajo.

Yo desde hace unos años he tenido suerte y en diferentes puestos de trabajo o he ido andando o me puedo desplazar en bicicleta en muchos casos. En otros momentos he pasado por puestos donde el desplazamiento al trabajo significaba una hora o hora y cuarto en transporte público, con atasco a la entrada, pero también a la salida. Los sueldos son similares, pero la calidad de vida que nos ofrecen no lo son.

Aparte del gasto que supone el desplazamiento al trabajo. En nuestro país el gasto medio se sitúa entorno al 4% del salario. Esto supone un total de 840 euros al año para un salario medio de 21000€, algo a tener en cuenta a la hora de aceptar un trabajo o cambiar el que tenemos por otro nuevo.

Políticas de flexibilidad para reducir el impacto de la distancia al trabajo

Pero tampoco podemos despreciar el nivel de crispación con el que llegamos al trabajo, muchas veces debido a los atascos de la hora punta, la falta de aparcamiento al llegar, los empujones o la masificación del transporte público, etc. Si no sabemos hacer una gestión inteligente de este desplazamiento, puede hacer que empecemos cada día con mal pie.

Por eso también es interesante la posibilidad de aplicar políticas flexibles que suavicen esta tensión de los desplazamientos. Esto no sólo tiene que ver con la posibilidad del teletrabajo, quedarnos en casa un día o tener una tarde a la semana en la que podemos trabajar desde el hogar. Una buena organización nos ayuda a dejar determinadas tareas para las que no necesitamos estar en la oficina para casa, siendo incluso más productivos al no tener interrupciones de compañeros, clientes, etc.

También se pueden implantar horarios de entrada y salida flexibles, que ayuden a reducir los tiempos de llegada al trabajo y nos ayuden a conciliar y valorar más nuestro empleo. Si podemos evitar la hora punta, los tiempos de desplazamiento muchas veces se reducen a la mitad, pero también nos permiten llevar a nuestros hijos al colegio o recogerlos a la salida.

Pero esta cuestión que es evidente en el día a día, se debe aplicar a los viajes de trabajo. Aquí tenemos muchos tiempos muertos, jornadas en las que madrugamos para coger un avión y volvemos tarde, noches en hoteles, etc. que hacen que muchas veces no nos permiten desconectar.

Aquí las videoconferencias preparatorias, cortas y bien estructuradas nos permiten, si no prescindir de todos los viajes, si reducir mucho su número. No sólo se ahorra en costes de desplazamiento, también tenemos un trabajador más descansado y que rinde más en su puesto en el día a día.

En Pymes y Autónomos | Los tiempos de desplazamiento al trabajo merman la productividad

Imagen | Unsplash

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