Cuando la oficina en casa permite reducir los costes de estructura de la pyme

Cuando la oficina en casa permite reducir los costes de estructura de la pyme
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Uno de los grandes costes de estructura de una pequeña y mediana empresa (PYME) es el que tiene que ver con los espacios físicos de trabajo. Tener una oficina puede suponer una inversión importante que se resuelve con el teletrabajo, gracias a las nuevas tecnologías e internet. Su implantación, con sus dificultades, puede suponer no sólo un ahorro económico, sino también un incremento de la productividad en el seno del equipo.

Hay algunos estudios que cifran ese ahorro. Es el caso del que elaboró hace año y medio la Cámara de Comercio de Navarra, que lo sitúa en unos 1.200 euros al año por teletrabajador, con un incremento de un 20 por ciento. A esa reducción en el gasto directamente económico se une el del tiempo: 216 horas al año sólo en desplazamientos que, en algunas ocasiones, se traduce en dinero por dietas o gasto de gasolina.

¿Todos los negocios pueden establecer el teletrabajo entre su rutina? No, todos no. Pero, casi la mayoría, sí (se calcula que en España en torno a un 40 %). Una oficina de atención al público es casi imposible que pueda mantener todo online, pero otros muchos negocios sí pueden. Las herramientas están más al alcance que nunca, tal y como dimos cuenta ayer con el ‘cloud computing’ y los servicios que se ofrecen.

Las dificultades para su puesta en marcha son claras y no hay por qué esconderlas: no sólo para el empresario, que ha de establecer sistemas de control para evitar que haya un problema de productividad, sino también para el trabajador, que no sólo sufrirá el mal de la ‘soledad’ de esta modalidad de empleo, sino también

Pero también hay otras muchas ventajas. Para la empresa, reduce unos costes muy altos en el alquiler (o, en su caso, compra) de una sede y en los gastos estructurales que ésta acarrea (luz, agua, internet...). Para el trabajador, tiene una mayor flexibilidad horaria y, por ende, una más sencilla conciliación laboral y familiar que, en muchos casos, se convierte en una utopía en una empresa que fomente el presencialismo.

En España aún queda mucho recorrido, especialmente entre las Pymes, en la expansión de esta forma de organizar el trabajo. De hecho, apenas ocho de cada diez trabajadores de nuestro país tienen implantada la oficina en su domicilio, una cifra muy baja respecto a otros países europeos. Sin duda, con sus pros y contras, es una vía interesante de ahorro económico para la firma.

En Pymes y Autónomos | ¿Es la crisis económica enemiga del teletrabajo?, ¿Quién teme al teletrabajo? Imagen | Sporras

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