Ante la crisis, sentido común y calma

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Soy el Sr. Lobo, soluciono problemas. Con esas palabras comienza una de las mejores secuencias, y hay muchas, de Pulp Fiction, de Tarantino. Para el que no la haya visto, le resumo la situación: dos matones de baja estofa vuelan por accidente la cabeza a un pobre desgraciado dentro de su coche. Entran en estado de shock y se refugian en casa de un amigo, que tampoco ayuda en exceso. A través de su jefe recurren al Sr. Lobo, el solucionador. Y ahí comienza el vídeo.

Lo cuelgo en Pymes y Autónomos ya que me parece un excelente ejemplo cinematográfico de lo que ocurre en muchas crisis empresariales y de como se debe salir de ellas. Para quien no lo acabe de ver, os explico en cinco puntos las conexiones que veo con la realidad de nuestras empresas y de su gestión:

  • De repente, un suceso imprevisto pone en cuestión nuestro modo de vida. Y aunque no se ve en el vídeo, en muchas ocasiones se debe a nuestra imprudencia (estaban jugando con el arma delante de la cara del decapitado). Hay que ser consciente de los riesgos que asumimos, asi como contar con un plan B.
  • Cuando estalla la crisis, el pánico se desata. Y las personas que parecen profesionales curtidos se desmoronan, se hunden. Lo primero que pierden es la calma, y lo segundo el sentido común. Visto desde nuestro sillón, es evidente que el Sr. Lobo no hace nada fuera de lo normal, aplica soluciones evidentes, eso si con mesura y autoridad, pero nada prodigioso. Lo prodigioso es que es el único que mantiene la cabeza fría. Pues en las empresas pasa lo mismo, hay que mantener la cabeza fría. Y si s necesario recurrir a un profesional externo, llámese Sr. Lobo o a El Monstruo, se recurre a ellos.
  • El Sr. Lobo, antes de ponerse a buscar soluciones, hace un análisis, algo clave en gestión empresarial: los implicados, el problema, el tiempo para resolverlo, los recursos de los que se dispone…lo más humano, ya seas autónomo o Presidente del Gobierno, es primar la acción antes del análisis. Hacer algo, lo que sa. Pues suele conducir directamente al fracaso. El análisis previo es necesario. Eso si, sin perder el sentido de la urgencia: estoy a 30 minutos, llegaré en 10.
  • En tiempos de crisis, la autoridad no puede ser cuestionada. Hay que saber ejercerla, pero debe ser impuesta si o si. Entre otras cosas para tranquilizar a los colaboradores, pero también para imponer medidas impopulares. Si hay que vestirlos de gilis, se les viste de gilis.

En Pymes y Autónomos|¿Tenemos un plan B? Mi empresa no cumple sus objetivos
Enlace|Vídeo original YouTube

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