Adictos al trabajo y comprometidos con la empresa, ¿por qué nos cuesta decir basta?

Adictos al trabajo y comprometidos con la empresa, ¿por qué nos cuesta decir basta?
Sin comentarios
HOY SE HABLA DE

Trabajar sin parar. Las tareas se acumulan encima de nuestra mesa, nos hemos comprometido con clientes y tenemos que cumplir plazos. No se puede fallar, hay gente que depende de nosotros. Poco a poco nos hemos convertido en adictos al trabajo y además estamos comprometidos con la empresa. No se trata ya de ser tu propio jefe, sino de las obligaciones que muchas veces nos imponemos como empleados en una organización.

Es un mal que muchas veces asociamos a los mandos intermedios o los ejecutivos. Pero que va más con la responsabilidad de cada trabajador. Incluso muchas veces se trata de algo autoimpuesto. A mayor autonomía para organizar agenda y trabajo, más responsabilidad se acaba por asumir. Si además tenemos un teléfono de empresa, posibilidad de trabajar desde casa o correo corporativo, puede que no te des cuenta pero acabas respondiendo a un mensaje a altas horas de la noche.

Es una cuestión de compromiso personal

A veces es simplemente el compromiso no ya con la empresa, sino con el cliente con el que estás tratando cada día. Y no te das cuenta pero mientras estás cenando o tranquilamente viendo tu serie favorita se cruza por tu mente un pensamiento, un recordatorio de algo que tienes que hacer mañana o que olvidaste.

Y estás atrapado en tu propia red. Porque muchas veces ni siquiera la empresa nos impone responder estos mensajes fuera de hora. Pero tenemos una acumulación de trabajo y pensamos que si respondemos en casa tranquilamente avanzamos. Pero al día siguiente hay más e incluso algún cliente se puede sentir molesto otra vez si no contestamos el correo fuera de horas.

Si alguien nos llama adictos al trabajo incluso nos podemos llegar a sentir ofendidos

Todo esto va provocando que los niveles de estrés en los trabajadores no paren de aumentar. No llegamos a todo. No somos adictos al trabajo, pero no podemos parar de trabajar. Que el móvil del trabajo se quede sin batería nos crea ansiedad. Y sin embargo somos incapaces de decir basta. Y no es por miedo a perder el trabajo, se trata más bien de asumir que hemos llegado a nuestro límite.

Por eso necesitamos ayuda. Para empezar de la propia empresa. Que nos ponga límites. Porque si no un día simplemente habrá una baja por depresión, por ansiedad, o una enfermedad que normalmente es de tipo coronario o bascular... Las empresas que valoran a sus empleados, que quieren que estén comprometidos con sus resultados son las que en muchos casos nos tienen que obligar a parar, a cuidarse, bajar el ritmo, o a tomarnos vacaciones.

Porque por otro lado tenemos el estigma social de que trabajamos mucho más de lo que deberíamos. Siempre hay un "cuñado" que nos dice que somos tontos, que el apaga su ordenador a las cinco y gana más que nosotros. Y esto no es de ayuda. O que la empresa nos explota, o sin llegar a tanto que no nos valora. Puede que en algunos casos incluso tengan razón, pero a la mayoría de empleados, sobre todo en las empresas más pequeñas ellos se sienten parte de la propia empresa. De ahí ese fuerte compromiso con su trabajo, clientes y la propia compañía.

En Pymes y Autónomos | Cómo preservar a tu equipo de la ansiedad

Imagen | Markus Spiske

Temas
Comentarios cerrados
Inicio