La transición hacia el fin del sistema de módulos parece eterna, pero acabará por llegar más pronto que tarde

La transición hacia el fin del sistema de módulos parece eterna, pero acabará por llegar más pronto que tarde
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Los autónomos que tributan por el sistema de módulos llevan viendo como la transición que se había aprobado, que reducía los límites para tributar bajo este modelo se han ido aplazando año tras año. Se tenían que haber aplicado en 2018 y no se hizo. En 2019 con repetición de elecciones por medio tampoco. Y en 2020 ya sabemos todos lo que pasó. Este año ya es complicado, pero no está descartado que se prepare de cara a 2021. La cuestión es que la transición hacia el fin del sistema de módulos parece eterna, pero acabará por llegar más pronto que tarde.

Por varios motivos, el primero de ellos es que el sistema de módulos no es más que una fórmula que implícitamente reconocía en su momento la nula capacidad de control de la Agencia Tributaria sobre la facturación de los pequeños negocios. Así, simplificando se tributa según unos parámetros, por lo general, menos de lo que correspondería y también de forma más sencilla para el autónomo o la pyme.

Pero ya no estamos en los años 80 del siglo pasado. Ahora que en Euskadi van a controlar facturación en tiempo real de autónomos y PYMES con el sistema de Ticket BAI, mantener el sistema de módulos es un anacronismo. La cuestión es cómo se inicia este desmantelamiento y en que plazos se hace.

Muchos de los autónomos que ya deberían estar fuera del sistema y han tenido tres años de prórroga seguro que se quejarían si en 2022 se pusieran en marcha los nuevos límites. Venimos de una situación de crisis y esto implica que por lo general van a tener que pagar más.

El año 2023 se podrían poner en marcha y parece la fecha más indicada. Pero es año electoral, y este tipo de medidas que son impopulares se suelen poner en marcha siempre al inicio de las legislaturas, no al final de las mismas. En todo caso dependerá mucho de si hay o no consenso con las asociaciones de empresarios.

Porque se van a necesitar más recursos y hay una gran reforma fiscal pendiente. ¿También para 2023? La realidad es que en gran medida dependerá de la capacidad de recuperación económica, si se consolida el crecimiento y  si los fondos europeos suponen un importante estímulo para generar más actividad económica.

En todo caso harían bien aquellas empresas que están en módulos en ir preparando sus planes de negocio, sus previsiones de beneficios para los próximos años como si ya tributaran en estimación directa. Todo lo que se alargue, considérenlo un extra, pero esto tiene los días contados.

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