El as en la manga

El as en la manga
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HOY SE HABLA DE

Hablamos hace unos días de que el empresario debe tener siempre una salida honrosa y que no puede enterrarse en vida cuando su empresa llega al punto de que resulte imposible hacerla viable.

Hace unos días, leí en El País la historia de un empresario que llegó a tener hasta 30 empleados y facturar 800.000 euros al año, pero al que la crisis le obligó a cerrar su negocio y utilizar su “as en la manga” para ejercer como taxista.

Independientemente de las circunstancias que le han llevado a esta situación, y que son las que habitualmente hemos comentado, actividad vinculada a la construcción , morosidad, excesivo endeudamiento, etc., lo que nos demuestra esta historia es que la mejor manera de poder salir adelante cuando nos encontramos en una situación como esta, es disponer siempre de una alternativa.

Como se suele decir, no es conveniente “poner todos los huevos en el mismo cesto” y si a través de rentabilizar nuestra inversión en el negocio y de asumir el riesgo de todo empresario, podemos conseguir un capital, por pequeño que sea, debemos plantearnos el tener siempre una alternativa, para casos extremos.

En la mayor parte de las ocasiones, ese cierre supone hacer frente a deudas con proveedores, bancos o, incluso, trabajadores, entonces, ¿cómo es posible salir adelante tras el cierre de un negocio? La única manera es ser previsor y guardarnos siempre una carta con la que poder jugar en ese momento.

La previsión ha de ser, siempre, un valor para el empresario. Ha de serla durante la gestión del negocio, pero también en la gestión personal, por si vienen malos tiempos. Ejemplos como el del artículo en cuestión hay muchos y como el protagonista del mismo dice, puede ser la diferencia entre sobrevivir u otros casos en los que “no disponían de otro medio de vida y han acabado en la calle y comiendo en albergues”.

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Imagen | GViciano

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