¿Qué impacto tiene la deflación sobre los balances empresariales?

¿Qué impacto tiene la deflación sobre los balances empresariales?
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La deflación es el fenómeno económico por el cual se produce una reducción generalizada y prolongada del nivel generalizado de precios en el sistema y, en los últimos meses, es un concepto que está de rabiosa actualidad. Aparentemente, que los precios bajen puede ser una buena noticia para el consumidor, puesto que podría acceder a la adquisición de más productos y servicios con la misma cantidad de dinero. Y es cierto, pero solo en parte; si el conjunto de empresas consigue reducir sus costes merced un aumento de la productividad, no solo será una noticia positiva para el consumidor sino también puede ser beneficiosa para las empresas.

Sin embargo, los balances empresariales se ven resentidos si la deflación se produce en un momento en el que el exigible en el pasivo de cualquier entidad es elevado. Las cargas de la deuda en relación al activo aumentan, hasta llegar a un punto en el cual no es posible satisfacer los compromisos de pago. En estos casos, la deflación puede resultar muy perjudicial para las empresas y, en extensión, para el conjunto de la economía.

Pero, ¿por qué sucede este fenómeno? Cuando se produce una deflación de activos, su valor real es inferior al que está reflejado en los balances de la empresa. Si pensamos en el sistema de partida doble contable, una reducción del activo lleva aparejada una reducción contraria en el pasivo. Sin embargo, a no ser que se negocien quitas o reestructuraciones de deuda, el exigible permanece inalterado, por lo que la empresa se ve obligada a reducir su patrimonio neto.

Es decir, nuestra empresa tiene que respaldar sus deudas con una menor cantidad de activo y, por tanto, la carga relativa de esta deuda aumenta. No solo eso, al reducirse una de las mayores garantías que tienen las empresas en sus balances, su activo, es mucho más difícil acceder a refinanciaciones o negociaciones del saldo vivo de la deuda, lo que en última instancia puede llevar a cualquier entidad a la quiebra.

No obstante, la deflación, al igual que la crisis y que tantos otros fenómenos negativos, debería tener un impacto menor para las empresas que estén bien capitalizadas, al contar con un colchón suficiente que les permite afrontar este tipo de fenómenos sin grandes consecuencias. En definitiva, deudas y deflación son conceptos que se llevan bastante mal, máxime si lo aplicamos a cualquier balance empresarial.

En Pymes y Autónomos | La deflación lo peor para los autónomos Imagen | cocoparisienne

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