La sobrecapitalización como problema

La sobrecapitalización como problema
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HOY SE HABLA DE

Desde este rinconcito de la blogosfera hemos venido denunciando la infracapitalización de las empresas españolas. No digo que ocurra siempre, pero yo diría que casi. Y la prueba esta en mientras todo va bien nadie parece tener problemas, pero en cuanto la financiación bancaria se restringe, las empresas son incapaces de seguir adelante. Da pena ver sociedades con apenas el mínimo legal de los 3000 euros en sus Fondos Propios, o aquellas que se arrastran con Fondos Propios negativos a pesar de las advertencias legales sobre dicha situación en las sociedades mercantiles.

Pero todo esto es un lugar común. Incluso quien lo práctica suele estar conforme con el hecho de que es una rémora para desarrollar una empresa y no un negociete. Lo que parece ser más discutible, sin embargo, es que lo contrario, la sobrecapitalización de la empresas sea un problema, que el exceso de Fondos Propios de la misma en relación con el negocio que sostiene no puede ser bueno. Pues creedme, no pinta nada bien.

Esa sobrecapitalización de la empresa,que en Pasivo del Balance se manifiesta en un Fondo de Maniobra exagerado, tiene lógicamente su traducción en el activo. Es frecuente encontrarse con empresas que acumulan instalaciones e inmuebles que ni México DF. O bien nos encontramos con existencias acumuladas que ni el armario de zapatos de Imelda Marcos, y con una velocidad de rotación propia del Robocop de Chiquilicuatre. También es muy frecuente que ese dinero duerma el sueño de los justos en forma de depósitos bancarios o inversiones financieras temporales. ¿Y eso es un problema? Pues en general yo diría que si. Y serio.

Creo que son síntomas de una deficiente eficiencia de la empresa. No se trata solo de lograr los objetivos de la misma (eficacia). se trata de hacerlo además con el mejor uso posible de los recursos con los que contamos (eficiencia). Y entre nosotros, en estos casos, de eficiencia poco. Muchas veces, el supuesto responsable no es capar de explicarte los motivos que llevan a tal cúmulo de activos sin sentido. No sabe, no contesta. Y como que la la falta de eficiencia le da igual. Y eso es un error:

  • La falta de eficiencia en la gestión financiera suele ir pareja con la falta de eficiencia en otros aspectos del negocio. Es más, yo diría que estimula dicho fenómeno Y mientras las cosas vayan bien, todo chapeau. Pero ya sabemos lo que ocurrirá cuando baje la corriente. Que sabremos quien está en pelotas.
  • Esta especie de síndrome de Diógenes de recursos y activos llevo implícito un desorden. Estos grandes volúmenes suelen ser difíciles de gestionar y pueden generar perdidas latentes, que a veces se descubren demasiado tarde, precisamente a causa del tal totum revolutum.
  • Y hablando de perdidas latentes, esta falta de eficiencia conlleva lógicamente una caída de los indicadores de rentabilidad de la empresa. Estoy hablando de una caída del ROA, o Rentabilidad sobre Activos totales, y del ROI, o de la Rentabilidad sobre los Fondos Propios. Eo puede causar desconfianza en bancos, proveedores, con cierto criterio financiero. pero es que la caída del ROE debería causar preocupación entre los socios de la firma, especialmente cuando no hablamos de Sociedades Unipersonales, o estrictamente familiares. Si el gestor de la empresa no es capaz de extraer una rentabilidad adecuada, cabe preguntarse porque no devuelve su dinero al inversor, porque lo tiene retenido.

Concluyo por tanto en que es perfectamente lógico que el socio inversor, y que diablos, que el propio gerente responsable, se plantee realizar una reducción del capital social, con devolución de las aportaciones a los socios (ya veremos que tiene también su puntito fiscal, como alternativa a los dividendos). Es serio, es coherente y a veces es absolutamente necesario.

Evidentemente no soy un talibán de la anorexia financiera. Conviene tener margen de seguridad, no descapitalizarse en exceso, en previsión de posibles sucesos a corto plazo. Pero todo ello dentro de una lógica financiera como por ejemplo la que responde a unas previsiones de mercado difíciles, a una plan de adquisiciones, etc.

Si me permitís acabar con el ejemplo, los fondos propios son como las vitaminas. Absolutamente necesarias, pero que en dosis excesivas pueden ser altamente perjudiciales para nuestro organismo.

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