Implantación tecnológica y beneficios marginales

Implantación tecnológica y beneficios marginales
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¿En qué punto una pyme tiene que decidir acometer una mejora tecnológica en sus procesos? La cuadratura del círculo en gestión empresarial se obtiene cuando aumentando la inversión se aumenta en mayor cuantía el beneficio marginal de las operaciones habituales que llevamos a cabo en la empresa al generarse una reducción de los costes habituales.

Para no complicar mucho la cuestión y que podamos entender esta premisa, nos vamos a centralizar en la gestión de procesos administrativos y el uso de aplicaciones informáticas obsoletas, evaluando siempre el coste de la tecnología con la actividad que llevamos a cabo. Imaginemos una asesoría con un sector de trabajo secundario en la administración de comunidades de propietarios como un volumen pequeño (no alcanza las 50). Esta pyme tiene que destinar a una persona durante algunos días al mes a la gestión de las labores administrativas de cobros de cada una de las comunidades mediante la generación de remesas en norma 19.

Si nos remontamos a los años 90, las entidades financieras comenzaron a instaurar la norma 19 de domiciliación de recibos como mecanismo para facilitar la gestión de los cobros periódicos por parte de las empresas. A pesar de que esta norma es un estándar de generación de ficheros de texto con un formato determinado, cada entidad financiera generó su propio software para poder confeccionar los distintos ficheros que se transmiten a los distintos bancos o cajas de ahorro. Problema: la mayoría de entidades tienen unos softwares desactualizados y por si fuera poco, impiden que se creen presentadores de recibos que no tengan cuenta con la propia entidad. ¿Quién falla? La asesoría que desempeña el trabajo sin contar con un software que le facilite la tarea y que utiliza un software distinto por cada entidad que opera.

Si esta asesoría tuviera un software específico de gestión, en lugar de invertir dos días para realizar las labores de cobro de las comunidades como hace actualmente, podría realizar todas las remesas en un par de horas. Esto implica un aumento de productividad muy importante. Pero el problema se crea cuando se evalua el coste de la inversión frente a la productividad que se obtiene. ¿Cuándo se encuentra el punto de equilibrio?

Desde el momento que desempeñar una tarea o proyecto es deficitario o genera un marginal de ingresos decreciente, la actividad que se desempeña o se mejora o se abandona el crecimiento en ella. Me explico, si yo llevo una comunidad con un coste de 50 y un beneficio marginal de 50, la entrada de la segunda comunidad como cliente (supongamos el mismo PVP de 100), no puede disminuir el beneficio marginal global a 90.

En el momento que comenzamos a disminuir el beneficio marginal de los nuevos clientes, es el momento de plantearse dejar de captar clientes o acometer una reforma tecnológica que mantenga e incremente este beneficio marginal. Y para que la inversión sea rentable, basta que la depreciación de la inversión sea menor que el incremento de beneficio marginal que se obtiene al captar mayor volumen.

Sobre el papel, este procedimiento es el idóneo, pero la cruda realidad nos demuestra que muy pocas pymes conocen los beneficios marginales de sus actividades y realizan una adecuada contabilidad de costes, piedra filosofal de la toma de decisiones en la empresa. Por tanto, si nos negamos a invertir en mejora de productividad en todos los niveles, dificilmente podamos crear una base fuerte de empresas competitivas en todos los sectores.

En Pymes y Autónomos | ¿Eres alérgico al no inventado aquí? Imagen | Hola Marmota

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