El aval bancario

El aval bancario
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Tarde o temprano nos enfrentamos con ellos, bien debido a que nos solicitan que seamos respaldados por ellos, bien debido a que nosotros exigimos garantías. Hablo de los avales. Y más expresamente de los avales bancarios, aquellos que los Bancos y otras entidades financieras emiten en favor de familias y empresas. ¿Cómo funcionan?, ¿qué clases de avales bancarios hay?

Empecemos por la última pregunta. Los avales, en general, se manifiestan como una carta, como un documento que se entrega a alguien garantizando el Banco el cumplimiento de una obligación de un tercero. Esa obligación puede o no ser de contenido económico, pero necesariamente su incumplimiento tiene una traducción en cifras. Esa es la cantidad que se avala, y sobre la que el Banco cobrará sus comisiones de apertura y su comisión por riesgo (generalmente trimestral).

En cuanto a las clases, en general las podemos resumir en:

  • Avales técnicos: la entidad bancaria garantiza las obligaciones contraídas por su cliente como consecuencia de la adjudicación de un concurso público, de un contrato, etc. Suele ser ante la Administración, pero también se da ante empresas privada o particulares (podría considerarse así los avales de los promotores ante los compradores sobre plano). Se garantiza la entrega de la obra en un plazo y condiciones dadas, por ejemplo.

  • Avales económicos: se garantiza que se va a pagar una cantidad en un plazo determinado. El aval comercial si se esta garantizando una transacción mercantil (por ejemplo, el aval a un proveedor, muy habitual en el caso de bares ante las empresas cervezeras), y es financiero si dicha garantía se plasma en un documento financiero (un préstamo, una letra). Como vemos la frontera es difusa, y puede ocurrir que simultanee ambas naturalezas, o no.

  • Preavales: Pueden ser una mera carta de intenciones, o comffort letter, o bien avales en toda regla. Digamos que se trata de un documento por el que la entidad se compromete a avalar en firme en el futuro a una persona si se dan una serie de circunstancias. Un caso claro es en los concursos públicos. Para participar en muchos se pide un preaval, que garantice que si, finalmente es elegida, va a disponer de un aval definitivo.

  • Los créditos documentarios: A pesar de su nombre ya explicamos que, realmente, son avales. Están muy ligados a las operaciones de comercio exterior, pero también cabe que puedan ser usados en operaciones nacionales.

Los avales se pueden conceder aisladamente, uno a uno, o bien configurarlos dentro de una linea de avales, en la que la entidad se obliga a emitirlos hasta un importe y condiciones determinadas previamente. De este modo, la empresa esta segura que puede disponer de los mismos y le resulta mucho más cómodo. Pensemos en la típica empresa maderera que se presenta sistemáticamente a multitud de subastas de adjudicación de bosques. Si vuestro caso es similar, esta claro que necesitáis una linea de avales, a no ser que seáis masoquistas.

Más información|Banco de España En Pymes y Autónomos|Las Sociedades de Garantía Recíproca: pasado, presente y futuro Imagen|jlastras

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