Una nueva variedad de arqueología industrial

Una nueva variedad de arqueología industrial
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Por mis orígenes le tengo un cariño especial a la industria. Entre mis favoritas están las ciudades con un fuerte pasado industrial. Valoro en ellas, en sus gentes,en sus instituciones, un carácter fuerte, emprendedor, duro. Por todo ello estoy encantado de que, sin perder de vista el futuro se opte por conservar el patrimonio industrial, bien en forma de museos o monumentos, bien como elementos adaptados a nuevos usos sin perder el sabor de lo añejo.

De todos modos mi post va por otro lado, va por indagar acerca de un nuevo tipo de arqueología industrial que me cuentan que esta surgiendo en estos tiempos de crisis. Una arqueología en la que se prescinde de los Indiana Jones con sombrero y se opta por gente musculada y una furgoneta. Seguro que a más de uno os suena.

Pensemos en esas empresas que llevan tiempo con sus instalaciones productivas cerradas, muchas de ellas inmersas en procesos concursales. Un día alguien aparece por allí con un camión y carga en el mismo maquinaria especializada, en perfecto uso o de fácil reparación. Los que lo hacen son empresarios del sector que, bien de común acuerdo con los administradores sociales, bien con las personas que vigilan las naves, o incluso sin conocimiento de nadie, recuperan de la inactividad o de su destino de achatarramiento estas maquinas.

Evidentemente la casuística es enorme, pero recomendaría a estos arqueólogos que tuviesen cuidado. Es posible que en ocasiones la transacción sea absolutamente legal, pero dada la situación actual, en otras lo menos malo será que este colaborando, sin saberlo, con una distracción de bienes de la masa concursal. Y puestos a lo peor, estamos hablando de tipos penales.

Incluso con esto, me temo que dados los tiempos esta nueva modalidad de tomb raiders, de saqueadores de tumbas, de cazadores de tesoros, va a ir en ascenso entre nuestras pymes.

Imagen | Toni Castillo

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