La Asociación de Trabajadores Autónomos, ATA se ha desmarcado con una propuesta de ampliación del despido objetivo cuanto menos curiosa. Lorenzo Amor ha expresado la necesidad de vincular la carestía y sequía del crédito con los despidos objetivos de manera que una empresa que argumente un cierre de las líneas de financiación pueda realizar despidos a 20 días por año, sin tener en cuenta el despido improcedente.
En esta línea, la ATA también ha solicitado una mayor concreción de las circunstancias que pueden atravesar las empresas de dificultad económica para acogerse a despidos objetivos. Pensando sobretodo en pymes y microempresas en donde las cuentas de resultados no están tan claras o existen regímenes de tributación como los módulos que no argumentan pérdidas fiscales bajo ningún concepto. Respecto a la propuesta del crédito veo descabellado que se pueda vincular una situación de dificultad económica con el despido, dado que el crédito es un elemento externo a la empresa y como tal no puede ser el detonante inicial del despido. Otra cosa es que la empresa no pueda recapitalizarse o afrontar los proyectos en marcha, punto que encajaría dentro de las dificultades económicas.
Y tal y como afirma la ATA, la microempresa y pymes pequeñas están totalmente descubiertas frente a los despidos objetivos dado que no se sabe en ningún momento cual es la situación por la que tiene que atravesar una empresa pequeña. El propio decreto no contempla unos supuestos claros y la inseguridad jurídica en este sentido está servida.
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