Ayer conocimos una noticia interesante para los negocios por cómo se ha producido, y se trata de que la mítica churrería madrileña San Ginés ha abierto una nueva tienda en Shanghái, (China), rompiendo la creencia de que las empresas que se abren al exterior son aquéllas más novedosas o que ofrecen bienes o servicios actuales.
Este negocio, en cambio, es muy tradicional y a priori parece el menos indicado para realizar una operación de este tipo, pero como pueden comprobar puede ser un acierto por dos motivos. Por un lado se está estableciendo en un mercado que está experimentando un fuerte crecimiento de renta, y además, un cierto auge de los gustos y patrones de consumo occidentales por parte de los ciudadanos chinos.
Si echamos la vista atrás, y analizamos cuáles son los negocios que se han llevado los españoles a tierras asiáticas, en su mayoría han sido negocios que tenían una corta vida o bien que ya contaban previamente con una experiencia en Estados Unidos o en Europa.
El ya denominado 'caso San Ginés', será un modelo que se estudie en los libros de management en un futuro, por ser contra pronóstico el caso de una pequeña churrería del centro de la capital madrileña, que se ha lanzado a la conquista de un país con una economía, unas costumbres y una cultura muy diferente a la nuestra. Dejando atrás los prejuicios y las limitaciones que muchas veces se le presuponen a un pequeño negocio.
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