El 44% de los nuevos autónomos en España son chinos

El 44% de los nuevos autónomos en España son chinos
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Llevamos muchos trimestres asistiendo a noticias del tipo como que el número de autónomos en nuestro país sigue cayendo, que son muchos los negocios que han cerrado, que la actividad económica no remonta y que cada vez lo tienen más complicado los emprendedores ante la carestía de recursos y políticas que les animen a materializar sus proyectos empresariales.

En este contexto los empresarios extranjeros afincados en nuestro país no son ajenos a este proceso, al sufrir las mismas consecuencias que los nacionales, pero llama la atención que mientras en el último año los ingleses, alemanes, franceses o italianos, han experimentado una creación neta de empresas de -417, -171, -12 y -248 negocios respectivamente, nada más y nada menos que el 44% de los nuevos empresarios autónomos que se crean en la economía española son de origen chino.

Entonces, si compiten dentro del mismo mercado, ¿por qué existen estas diferencias? Algunas de las causas que se pueden apuntar para la explicación de este fenómeno son:

1) Sistema solidario de financiación: mientras la mayor parte de tejido productivo del país está muriendo poco a poco de inanición por la falta de crédito, los empresarios chinos cuentan con un sistema de financiación solidario, es decir, que se prestan dinero entre ellos, para así lograr ampliar y reflotar negocios

2) Diferencias culturales: hace algunos meses analizaba en estas páginas la importancia de los factores culturales en el desempeño de los negocios, señalando que algunos aspectos como la ‘inexistencia del miedo al fracaso’ dota a los empresarios chinos de una mayor decisión en los proyectos empresariales, lo que les lleva a ‘lanzarse’ más a la aventura de un negocio que los empresarios del país

Como conclusión no voy a decir que los chinos sean un modelo a seguir para nosotros, pero hay algunos aspectos de su cultura que son muy necesarios en una coyuntura económica como la actual, como por ejemplo el valor del esfuerzo. Un valor que no es efectivo en sí mismo, sino que ha de complementarse con otro tipo de medidas gubernamentales, como los incentivos reales que potencien de una vez por todas la creación de tejido empresarial.

En Pymes y Autónomos | Los comercios chinos no son inmunes a la crisis
Imagen | China

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