En los últimos tiempos estamos viendo como muchas compañías aéreas están reestructurando su política de tarifas, su política de diferenciación entre segmentos tradicionales y segmentos de bajo coste para cada uno perfilarse y dirigirse a sus objetivos pero sin dejar de estar en el mercado completo y demás estrategias de reestructuración del sector, pero en estos últimos tiempos y especialmente semanas se están viendo algunos cambios que nos afectaran sobre todo a los profesionales y empresarios que pasamos casi más tiempo en el cielo que en la tierra y que son buenos de comentar.
Estamos viendo como las compañías están reestructurando su oferta en todos sus aspectos pues (y esto es aplicable como algunas veces he mencionado en otros artículos a todos los demás productos y servicios) finalmente parece ser que afortunadamente ya no todas quieren competir por el bajo coste, ni el objetivo ya es ser solo las más baratas, sino que se trata de que haya las más baratas y otras dispuestas a (conocedoras de que son más caras) ofrecer unos servicios a un segmento de clientes que están dispuestos a pagar más para obtenerlos. Pero si en un ámbito parece ser que se están produciendo cambios es en la tradicional clase turista y la típica “business class”, veámoslo.
Somos muchos los que hace ya años que viajamos y somos asiduos y conocidos en la mayoría de aeropuertos y compañías aéreas del mundo y también somos bastantes los que para vivir esa experiencia que es volar o las estancias en los aeropuertos preferimos los servicios “premier”, “business” o como les queramos denominar (o cada compañía los denomine), pues se nos ofrecer una serie de ventajas que en las otras tarifas no obtenemos, pero ahora parece que todo esto va a cambiar y nos va a afectar en nuestros viajes de negocios, ¿Por qué?, ¿va a desaparecer este servicio?.
No, que no cunda el pánico, ni va a desaparecer en ninguna (o en casi) ninguna compañía del mundo este servicio ni nos van a quitar unos servicios que a la postre muchas veces son los que aportan autentico valor y rentabilidad a la compañía, ¿entonces qué sucede?, entonces sucede que esta tarifa tenía que vivir una remodelación en toda regla y eso es lo que está sucediendo.
La “clase ejecutiva” o de “negocios” por nombrar otra de las denominaciones habituales se tenía que replantear pues los cambios sociales, la nueva mentalidad empresarial y todo ello acelerado por la crisis ha provocado el efecto de que muchas empresas y profesionales con el objetivo de reducir costes hagan viajar y viajen en sus viajes de negocios en tarifas estándar y esto ha provocado una caída en la demanda de las clases preferentes , si a esto le sumamos que muchos viajeros de turismo que nada tienen que ver con los negocios cada vez más quieren acceder a servicios más exclusivos dada la vulgarización de otras compañías que se dirigen al escalafón más bajo en precio nos encontramos que una reformulación era precisa para subsistir, ¿y como será esa reformulación?.
Cada compañía adoptara su estrategia particular, pero por lo que he leído en estos últimos tiempos y las posiciones que veo que están tomando las compañías aéreas en este ámbito en las últimas semanas creo que el camino a seguir es en muchos casos no distinguir entre viajeros de negocios o de ocio y sí diferenciar en servicios que quiere adquirir cada pasajero, es decir algunos nos ofrecerán una tarifa básica igual a todos y si queremos ir ampliando servicios iremos añadiendo “módulos” y pagando más, otros tendrán tarifas aun diferenciadas pero cada vez menos “pensadas para el ejecutivo” y otros utilizaran otros sistemas pero la tendencia es relativamente uniforme.
¿Personalmente como lo veo?, personalmente lo veo muy acertado, creo que da igual que el viajero sea de negocios o no, lo importante es que el viajero tenga acceso a servicios diferenciados si los desea, es absurdo diferenciar el porqué del viaje, lo que hay que diferenciar es como cada uno quiere viajar y por eso veo bien esta unificación de tarifas y pagar por servicios, eso sí, siempre y cuando no desaparezca esta oferta de valor añadido, pues somos muchos los que no queremos los servicios de bajo coste ni en pintura y además a nivel empresarial sinceramente creo que esta diferenciación es el factor que garantizara la supervivencia de muchas compañías.
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